Capítulo 29

20 5 13
                                    

Axel

5 DÍAS MÁS TARDE

—Entonces ¿Estáis conmigo?—Digo yo.

—Sí, yo me encargo de organizar los encargos—Dice Ryan.

—Perfecto, nos dices lo que tenemos que hacer para tenerlo todo listo para mañana ¿De acuerdo?

—De acuerdo Axel, os lo diré mañana a primera hora—Todos asienten, todos excepto África que está escribiendo en su diario sentada en su tronco—eso creo, ya que estoy en la cueva pero normalmente se sienta allí para escribir—.

Hace más o menos 5 días, África me dijo que su cumple es el día 7 de marzo. Entonces decidí que sería buena idea celebrarlo. Hoy hablé con todos si les parece una buena idea. Al final mañana Ryan nos dirá los roles de cada uno—porque él es el más indicado para este tipo de cosas—.

Salgo de la cueva y veo a África. Ella al verme se levanta de su tronco y se me acerca.

—¿Qué ha pasado? ¿Porque todos estabais dentro?

—Ah, por nada. Solo estábamos sentados. Nada en especial—Ella no parece muy convencida por mi respuesta pero asiente.

AL DÍA SIGUIENTE

—Axel, despierta—Escucho una voz. Abro los ojos y me encuentro a Max.

—¿Max? ¿Qué pasa?

—Venga dormilón, no grites que África se podrá despertar—Dice en voz baja. Comprendo y salgo de la cueva con él. Todos ya están aquí.

—Perdón

—Tranquilo—Me contesta Ryan—Bueno os digo los encargos antes de que se despierte África. Bien, pues; Ada y Jade se encargaran de decorar la cueva. Max y Daisy se encargarán de buscar comida. Y Axel se hará cargo de entretener a África

—¿Pero Ryan como podemos decorar la cueva?—Pregunta Ada.

—Os acordáis de que os propuse hacer manualidades para la cueva, pues Max ha hecho una mesa pequeña que sinceramente es un poco rara. Tú has hecho una cesta para las frutas que recolectemos. Axel y África hicieron cuadros. Creo tú y Jade podéis ordenar todo eso.

—Todo bien, pero mi mesa es perfecta—Replica Max con el ceño fruncido. Ryan suelta una carcajada.

—Y aparte de la decoración también puedo hacer una tiara especial para África—Propone Ada.

—Muy buena idea Ada—Dicho esto todos empiezan a hacer lo suyo. 

Cuando África se despierta, la llevo a un parte un poco alejada, para que no pudiera ver a los otros llevando las cosas. Le digo que quiero buscar más flores extrañas para más cuadros, aunque los últimos que hicimos nos quedaron genial. El plan era que Ryan después de supervisar de que todo estuviera bien, vendría para llamarnos. Ya le dije que no iríamos muy lejos, que estaríamos por donde está el tronco de África.

—¿Pero Axel porque buscar más flores?

—Para hacer más cuadros, ya te lo dije

—¿Pero porque vamos a hacer más cuadros? Los anteriores ya están bastante bien.

—Sí, pero quiero buscar más flores bonitas y extrañas para que los cuadros se vean más bonitos. Además, así la cueva estará más bonita.

—Ya pero...—Mientras caminamos nuestros ojos captan una cosa. 

Un objeto que si lo ves de una manera es una cosa muy normal, pero en este caso es un tesoro para mí y probablemente para África también. Respiro hondo al ver el zapato de Mateo.

—Axel, ese zapato no puede ser el de Mateo ¿Cierto?—Me quedo mudo.

—África, si lo es—Ella va hacia el zapato. Yo me acerco a ella. Aparte de este único zapato veo algo brillante. Es una cosa que reflecta. Es una cadena. Y sí, esta cadena es de Mateo. La compró cuando fue conmigo un día en el centro comercial. Aún me acuerdo cuando me dijo que le gustaba ese tipo de cadenas porque sentía que le complementaban. Cojo la cadena.

—África—Ella deja de mirar el zapato y me mira—Toma—Le tiendo la cadena de Mateo. Ella la coge—Es la cadena de Mateo, supongo que es un regalo de Mateo para ti por tu cumpleaños. Felicidades —Ella sonríe.

—Pensé que lo habías olvidado

—Claro que no, hombre

—Muchas gracias—Dice a la vez que se pone el collar. Dejamos el zapato de Mateo en ese mismo lugar y avanzamos.

Los dos estuvimos buscando flores. Era muy complicado negarme que fuéramos tirando hacia la cueva.

—Oye Axel

—¿Qué pasa?—Le pregunto mientras que me siento en el suelo, cansado que haber estado buscando flores y hojas por allí.

—¿Crees que algún día podrás superar la muerte de Mateo?—Su pregunta me sorprende.

—No lo sé, aunque sinceramente yo no me veo capaz de hacerlo, por ahora, pero si un milagro pasa y algo ocurre y me hace superar todo esto, siempre será un recuerdo muy bonito y triste—Ella asiente por mi comentario. 

Mateo, ¿Porque nos has dejado tan débiles, solo al recordarte?

Estamos SolosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora