Capítulo 25

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África

Yo y Ada estamos recogiendo las pertenencias de todos para dejarlas en una parte y así poder limpiar mejor. Por otra parte, Ryan está apartando las rocas pequeñas, las otras las recogemos entre los tres.

—Muy bien chicas. Ahora será mejor coger una linterna e ir un poco más a fondo de la cueva¿Qué os parece?—Propone Ryan.

—Por mí bien—Dice Ada.

—Pero no tenemos linterna—Digo yo.

—En este caso usa la linterna del móvil—Dice Ryan—Como lo hicimos al rescatarte—Cojo mi móvil del bolsillo de la chaqueta que todavía llevo y abro la luz. No tengo señal, tampoco puedo hacer llamadas o escribir mensajes. Esto es una tragedia. Por lo menos mi movil tiene batería y así puedo utilizar la luz. 

Los tres caminamos un poco hacia el fondo de la cueva. Literalmente no hemos encontrado nada, solo hay rocas y rocas. Así que volvemos enseguida.

—Ryan o Ada ¿Dónde están vuestros móviles?

—El mío esta en mi maleta, como no nos sirve de nada, lo tengo apagado—Comenta Ada.

—El mío también esta en mi maleta

—Creo que yo tambien lo guardaré—Digo esto y me voy hacia mi maleta. Estoy por ir hacia Ada y Ryan pero alguien entra a la cueva. Es Max, tiene la cara pálida y esta sudando. Parece asustado.

—¿Qué te ocurre Max?—Voy hacia él.

—Esta...Esta..Estamos condenados—Es lo único que dice.

—¿Qué quieres decir?—Le pregunto, pero como no responde. Miro a Daisy—Daisy, ¿Qué le ha pasado?

—No lo sé, él me estaba ayudando a coger unas vallas que encontramos en unos arbustos, cuando de pronto me dijo que teníamos que irnos y comenzó a correr. África no entiendo nada.

—¿Max?—Pregunta Ryan preocupado. Llegan Axel y Jade. Parecen sorprendidos al ver a todos alrededor de Max.

—¿Qué ha pasado?—Pregunta Axel.

—No lo sé

—Tranquilízate Max—Ryan intenta calmarlo—¿Qué ocurre?

—Esto no puede ser verdad....Estamos...Estamos condenados

—Pero ¿Qué puede ser peor que estar solos y perdidos en medio de la selva más grande del mundo?—Pregunta Ada con una sonrisa con la intención de animar las cosas, pero este comentario solo nos ha desanimado. Ella al notar que no ha servido, se disculpa. 

Volvemos a preguntarle a Max.

—Lo que ocurre es qué..Estamos...Estamos en la selva Darién—Él dice esto pero sinceramente no entendiendo el problema.

—Max, tranquilízate ya sabemos que estamos en una selva pero...—Voy a continuar pero él me mira con una cara de terror.

—¿No me digas que no sabes lo que es la selva Darién?—Pregunta. Niego con la cabeza.

—Max, ¿Qué ocurre? Me estoy preocupando—Dice Ryan. Nadie entiende nada de lo que pasa aquí—Explícate, así te entenderemos—Él mira el suelo y luego a nosotros.

—Estamos...—Murmura—Estamos en la selva Darién—Suspira—Como supongo que ya sabéis, me gustan mucho los documentales sobre cosas salvajes o en general me gusta mucho la naturaleza y sus propiedades. Y pues...Cuando estaba con Daisy intentando coger las vallas, vi algo que me dejo fuera de lugar. Vi un árbol de prioria copaifera, por si no lo sabéis, es una planta que es originaria de Colombia, Cuba y países de Sud América. Normalmente se encuentra en la selva Darién—Luego de eso mira al suelo, hace una pausa, nos mira y comprende que todavía no entendemos el punto—Chicos, el Darién es la selva más peligrosa del mundo. Miles y miles de personas han muerto cruzando esta selva. Se encuentra entre Colombia y Panamá. Aquí hay animales muy peligrosos, plantas venenosas. Y sobre todo...Y sobre todo hay muchos pumas—Nadie puede describir las decepciones que nos hemos llevado todos en estos momentos ¿Cómo podíamos pensar que sobrevivir aquí sería fácil? Lo de los pumas, me hace acordarme de Mateo. Esto es el golpe de gracia que necesitábamos en esos momentos. Las expectativas que teníamos llegaron a su fin. 

No hay vuelta atrás, lo único que nos queda es la muerte. Como le pasó a Mateo. 

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