Capítulo 53

21 4 23
                                    

África

—¿Qué quieres decir, Mateo?—Le pregunto, todavía asimilando lo que me acaba de decir. 

¿Es verdad? ¿Volveremos a casa? ¿La promesa se cumplirá?

—Hemos encontrado un mapa—Y así él comienza a contarnos lo sucedido. 

—No me lo creo—Es lo único que dice Ada. Y la verdad, es que no hay más palabras para describir esta situación. 

Hemos estado más de un mes aquí, solos, en esta selva. Sin ningún adulto, sin nadie que nos pueda ayudar, solo hemos sido nosotros 8, adolescentes que iban a terminar su secundaria, que iban a tener el mejor viaje del mundo, pero las circunstancias nos lo impidieron. Y ahora... ¿El destino nos quiere llevar de vuelta a nuestras casas, quiere que volvemos a la vida de antes? De entre tantas opciones... Perfectamente, podíamos haber muerto, pero... ¿Es una señal, no? Solo pensar en volver a casa se me pone la piel de gallina. Es casi imposible de creer. 

Todos comienzan a hablar sobre el mayor problema que tenemos ahora mismo, ya que Axel nos ha contado lo que ha descubierto viendo el mapa y analizando las sinsustancias. 

—Ya...—Le da la razón Ada a Ryan—Si tan solo tuviéramos una brújula...

—¿De qué brújula habláis?—Interviene Max, que hace 5 segundos se encontraba acariciando a Sombra.

—Max, puedes por favor estar, aunque sea un poco, estar atento cuando hablemos—Dice Ryan poniendo los ojos en blanco. 

—Perdón Ryan, pero Sombra me pedía a gritos que le acariciara el cuello—Dice con un tono inocente—Pero si os he escuchado... Bueno, solo hasta la parte de pensar en una idea para saber en qué parte de la selva estamos, y allí me fui a acariciar a ese bebé puma

—Pues... Estamos diciendo que si alguien tuviera una brújula seriamos capaces de saber en donde estamos... Pero nadie tiene eso—Dice lo último un poco decepcionado.

—¡Ah! Pero si yo tengo una brújula—Dice al mismo tiempo que corre hacia su maleta. Nosotros nos quedamos boquiabiertos, ¿Tan fácil ha sido encontrar una brújula? ¿De verdad es cosa del destino? Max llega saltando, con un objeto en la mano de color negro.

—¡Max!—Le espeta Daisy.

—¿Qué pasa?

—¿Desde cuándo tienes eso? Y no nos avisaste

—Ah, bueno... La verdad es que es un amuleto que me dio mi abuelo antes de fallecer, lo llevo a todas partes. Es lo último que queda de él—Al escucharlo Daisy agacha la cabeza, y todos nos quedamos en silencio—Oh, vamos, no te lo he dicho para que te sientas mal, es la pura verdad, además tampoco me afecta ahora, lo he superado—Ella sonríe.

—Entonces...—Ada continua la conversación anterior—Ahora que tenemos la brújula, podemos saber donde estamos, y si sabemos donde estamos, podemos salir de aquí...

Se forma un silencio, no es incómodo, es más un silencio para asimilar nuestra situación.

Todo esto está pasando muy rápido.

Podemos salir de aquí.

Salir de Darién.

Volver a casa.

Mateo, ¿Es cierto que tu promesa se cumplirá?


Estamos SolosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora