Capítulo 38

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África

Creo que nunca corrí tanto a mi vida, seguir a Mateo es lo más complicado que he hecho en estos últimos días. Se nota que es deportista. 

Veo que por fin para, y aprovecho para dar todo mi esfuerza y llego hasta él. Me coloco en frente suyo. Tiene la cabeza hacia abajo, y cuando por fin levanta la vista hacia mí...Esta llorando...

Nunca lo vi llorar de esta manera, es más nunca lo vi llorar. No puedo evitar sentirme mal.

Él se sienta en un tronco roto, yo le sigo y me siento en frente de él al suelo. Para poder hablar cara a cara. 

—Mateo...

—Soy de las peores personas del mundo ¿Cierto?

—¿Por qué piensas eso?

—Cuando mi padre murió, era como si se me cayera todo el mundo, mi madre ya me abandonó y mi padre era mi única familia, y si él se iba...Yo no tendría a nadie....Pero cuando, entre en esa escena y vi a Axel con la taza del té al lado de mi padre, lo malinterpreté todo, luego me peleé y no arregle las cosas. Aparte de perder a mi padre, también perdí a mi único mejor amigo, que ya era como un hermano...—Llora.

—Mateo, deja de culparte a ti mismo...No sufras así

—Pero ya no hay nada que pueda hacer, perdí a todos, perdí a Axel...

—¿Sabes, Mate? Nunca tires la toalla, porque esa misma te va ayudar a secarte el sudor que tengas al caminar y no darte por vencido. Axel entenderá lo que pasó, porque créeme cuando desapareciste, fue él que más lloro por tu muerte

—Pero..

—Pero nada Mateo, eres una de las mejores personas que he conocido en mi vida, eres de lo mejor. No sabes lo agradecida que estoy por haberte conocido. Eres el que siempre me saca una sonría por muy deprimida que esté. Y por si fuera poco...Eres el único pelirrojo que me cae bien

—¿El único pelirrojo?—Sonríe un poco.

—Sí, señor. Ahora sécate esas preciosas lágrimas, y vamos hacia la cueva, que esta empezando a hacer frío y pronto atardecerá—Él ríe por mi comentario, eso es lo que buscaba.

—De acuerdo

—Pero, si no quieres regresar y enfrentarte a Jade y Axel, lo entiendo y podemos seguir aquí

—Tarde o temprano tendré que hacerlo, así que volvamos ya, además tienes frío ¿No?—Asiento. Y nos ponemos en marcha hacia la cueva.

Justo al llegar, vemos que no muy lejos del lago hay una persona, Axel sentada en el suelo con una chica, Jade.

Mateo camina hacia ellos, y yo le sigo. Al llegar cerca de ellos, Axel levanta la vista y mira a Mateo. Los dos hablan al mismo tiempo:

—¿Podemos hablar?—Yo intento no reírme, se nota que eran mejores amigos—Sí—Otra vez, los dos.

—Que sí, Mateo quiere hablar contigo Axel—Le hago saber a Axel, y así mi mirada se dirige hacia Jade, quien tiene los ojos hinchados—Quiero hablar contigo, Jade—Ella no dice nada, pero se levanta y viene hacia mí. 

—De acuerdo

—Bien, pues. Mateo, Axel hablad por favor, sé que lo necesitáis—Solo digo eso y me voy con Jade no muy lejos, peri si bastante como para que ellos hablen tranquilos y yo también.

Siento que las cosas van a cambiar.


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