Capítulo 31

18 4 24
                                    

Mateo

14 días antes, cuando salté al lago para salvar a África, estampe con una roca y una piedra afilada se me clavó en el brazo. Allí me paralicé. Parecía que África se iba más a fondo. Pero entonces Axel saltó y fue por África. Cuando entre los dos la sacamos, sentí miedo al ver que África no abría los ojos. Y fueron mis piernas quien me llevaron a correr. No miré atrás, no paré. Corrí, corrí y corrí, no sabía hacia donde iba.

Pero entonces me tropecé y caí al suelo por una piedra. Iba a ponerme mi zapato que se me quitó, cuando escuché un rugido. Me asusté. Y sin pensármelo dos veces. Corrí. Comencé a correr otra vez. No mire hacia atrás. Y al parecer no volví a escuchar un rugido. Sinceramente ese rugido estaba muy lejos de mí, pero en ese instante tuve miedo.

Seguí corriendo hasta que me detuve por una cosa que no me esperaba encontrarme por nada del mundo. Nunca pensé qué justo acabaría llegando donde estaba nuestro avión estrellado. 

Me sorprendí mucho. Entré dentro. Exploré cada sitio y me dirigí hacia la parte trasera. Vi qué había bastante comida. Aparte vi una mochila, la abrí y por muy sorpréndete que parezca había un par de zapatos. Me los puse, ya que perdí uno de los míos. 

Por otra parte, cuando estaba buscando cosas por los cajones. Escuché un ruido. Un ruido que parecía un rugido. Me asusté. Pero fue allí donde un animal se me apareció. Era un gato. O eso pensé. Pero no. Eso era una cría de un puma. Me fijé que tenía una herida en una de las patas delanteras. Me acerqué hacia ese animal, con cuidado. Tenía miedo de mí. Pero al fin logré cogerle. Era bastante pequeño. Y se me ocurrió buscar el maletín de emergencias y tapar su herida. Lo hice. Me dolió ver su cara con un terrible miedo y dolor. 

Empecé a quedarme en el avión como un refugio, y comencé a explorar un poco la zona, y aparte de eso por muy sorprendente que parezca, el puma bebe me cogió cariño. Me seguía a todas partes y siempre estaba conmigo. Le acariciaba y me lamia. Le alimentaba con cosas que encontraba en el avión o con vallas. Ya perecía mi amigo. Como no sabía si era hembra o macho, de nombre le puse Sombra. Este animal ya me pertenecía.

Mi rutina en el avión se basaba en despertarme. Comer, ir a jugar con Sombra y explorar zonas cercanas. Cada día que pasaba más echaba de menos a mi grupo. Y por después de pasar casi 13 días allí. Pensé en buscarlos. 

Y ahora mismos estoy con Sombra, caminado para poder encontrar ami grupo. Creo que me he perdido, pero...estoy escuchado un ruido de agua pasando, sí, es la cascada. Sigo el ruido del agua y llego a ese mismo lago. Veo que está diferente. Hay troncos en el lugar. Parece que están intentando hacer de este punto algo cómodo. Pero no veo a nadie. Al principio pienso que se han ido. Pero escucho ruidos de la cueva. Me acerco. Todos están cantando. Al parecer es el cumpleaños de África. Sobra empieza a rugir. Y yo comienzo a subir las rocas de una en una. Sombra por detrás no para de rugir y cuando llego al fin. Veo a todos.

Siento un gran alivio.

Estamos SolosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora