Capítulo 55

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África

Después de la partida de Sombra, nos ponemos en marcha de nuevo. Ahora los que se encargan de las maletas son Mateo y Ada, mientras que Axel sigue en pie hacia delante liderándonos hacia la salida, porque es el que más cabeza tiene para estas cosas, aparte de que se la da mejor los mapas. Ryan y Max se unen a él, y nosotras tres seguimos como estamos, pero poco tiempo después Daisy se dirige hacia Ada. 

Veo a Mateo muy callado, por eso a pesar de que empiezo a agotarme, decido acelerar el paso para alcanzarlo, al parecer Jade se da cuenta de mis intenciones, por lo que se adelanta y se coloca al lado de Axel. Silenciosamente, me ubico al lado del pelirrojo, él se da cuenta, pero no dice nada.

—¿Estás bien?—Le pregunto finalmente.

—Sí

—Sabes que no tienes que mentir cuando estés conmigo, ¿No?

—Lo sé

—Pues... ¿Estás así por lo de Sombra?

—No—Sus respuestas frías, sin mirarme, me inquietan un poco. Está muy serio y tiene la vista clavada hacia delante. 

—Vaya... Bueno, supongo que quieres tu espacio...—Dejó la frase al aire, espero que me diga que no, pero esa respuesta no llega, es más, solo mira al frente, como antes, sin ninguna intención de contestarme. Sin nada más que decir, me desplazo hacia al lado de mi mejor amiga, que está hablando con Axel.

—¿Qué ha pasado?—Su pregunta llega al poco tiempo, concretamente cuando termina su conversación con Axel.

—Nada—Ignora el hecho de que mi voz suene a todo lo contrario y empieza una conversación.

MEDIA HORA MÁS TARDE

Me siento exhausta, no hemos parado ni un minuto, y la verdad es que me está empezando a doler el tobillo, y por si eso no fuera suficiente, hace un frío casi insoportable, a pesar de que estemos en abril el sol no calienta mucho por el viento que va a 120 km/h.

Siento que cada paso que doy mi tobillo empeora, porque el dolor que estoy sufriendo ahora mismo...

—Creo que un descanso no vendría mal—Casi me lazo hacia Ryan y le doy un abrazo enorme, y lo habría hecho... De no haber sido por mi pie. 

Me siento en el suelo casi al instante, el agua se nos ha acabado y los frutos que cogimos están a punto de hacerlo. 

A los pocos minutos, decidimos seguir caminando, ya era mediodía y pronto atardecerá, eso podía ser muy peligroso. Ahora me tocaba a mí llevar la maleta, junto a Daisy. El pie me seguía doliendo, pero era injusto que los otros cargarán el peso y yo no, por eso no proteste. 

Nosotras dos nos quedamos al final, por el mero hecho de que yo no podía arrastrar la maleta en un terreno con piedras y agujeros por el medio, con mi tobillo destrozado. 

—No tienes por qué llevar la maleta, todos sabemos que no estás recuperado del todo—Su comentario me sorprende.

—No... Estoy bien—Ella sonríe

—Las mentiras no funcionan conmigo, guapa—Eso me hace reír

—Ese "guapa" ha sonado como un insulto—Ella suelta una leve carcajada.

—Pero no lo ha sido, eres guapa, muy guapa—Eso me hace sonrojar, no estoy muy acostumbrada a sentir halagos que no vengan de mi familia, ella ríe más al ver mi reacción—África, de verdad eres muy guapa, no lo digo por decir, puedes preguntar a cualquiera de esos—Señala al grupo.

—No hace falta, te creo—Y me río.

—Volviendo al tema de antes...

—Estoy bien, en serio, no te preocupes

—Es difícil no preocuparse por una persona que te ayudo en un momento crítico—Mi mirada viaja hacia su cara, que ahora ella la gira hacia mí con una amplia sonrisa—Gracias por todo lo que hiciste por mí, creo que no te lo agradecí como se debía. Así que si te comienza a doler más el tobillo no dudes en decírmelo, sería peor si no pudieras caminar—Asiente y le dedico una sonrisa.

Creo que ella tiene razón.

Pero por ahora, seguiré con la maleta, a pesar del dolor insoportable.


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