Mateo
Estoy entrando al instituto y veo a lo lejos unos autobuses enormes de color gris. Supongo que son para llevarnos al Aeropuerto. No obstante voy entrando al gimnasio, que es el lugar donde tenemos que reunirnos. Cada vez que me voy acercando mis nervios van aumentado, son sentimientos que no puedo controlar. Pero justo al entrar me choco con alguien. Y ese "alguien" no es nada más ni menos que África, ¿Cómo es posible chocarse con una persona 3 veces?
—Parece increible que nos choquemos otra vez. Creo que nuestro destino se basa en choques mortales, ¿No?—Digo yo pero la sonrisa que me muestra parece algo deprimida—Oye ¿Estás bien?
—Sí, sí estoy perfectamente ¿Sabes donde tenemos que reunirnos con nuestro grupo?—Algo ocurre seguro, ¿Porque ha cambiado de tema tan repentinamente?
—No lo sé pero creo que deberíamos buscarlos.
—Supongo, pero creo que es mejor si nos quedamos aquí a esperar, a lo mejor no han llegado.
—Sí, creo que es mejor así—El gimnasio ya esta casi lleno. Nosotros dos nos ponemos al lado de la puerta por si alguien de nuestro grupo aparece.
—¿Qué es lo que querías decirme?—Pregunta ella de repente.
—Yo...—Entonces recuerdo que el otro día iba a decirle a algo pero su amiga nos interrumpió— Es verdad. Había algo que quería preguntarte.
—Bueno pues, pregunta ¿No?
—Sí bueno, desde el primer día que me choqué contigo, y me hablaste, pues.....
—África—Una voz suena, nos interrumpe, otra vez. Si mal recuerdo, Akila.
—Akila—Dice ella, sorprendida— ¿Se puede saber qué estabas haciendo con Nancy?—Pregunta ella con un tono que suena triste. Su pregunta tan de repente también me deja medio sorprendido, pensé que se saludarían o algo por el estilo.
—¿Porque preguntas así de repente? No eras tú la que dijo que yo no era quien para decirte con quien estar y con quien no. Pues lo mismo pasa. Tú no eres nadie para decirme con quien puedo hablar y con quien no.
—Lo sé. Y me da igual con quien hables, o dejes de hablar. ¿Pero ella? Tú más que nadie sabe por lo que tuve que pasar por culpa suya.
—Lo siento mucho por ti. Pero ahora ella está en mi grupo. Y somos muy buenas amigas. Por lo tanto, yo contigo aquí no pinto nada—Ellas dos empiezan de una manera que no me esperaba.
—¿Akila, porque estás así?—Sinceramente, no me estoy enterando de casi nada. Pero si algo esta claro es que esto no va a terminar bien.
—Por Dios, ¿Aún no lo has entendido?—Dice ella con una risa maléfica.
—Claro que no me entero de nada, estábamos bien así y de repente te has juntado con Nancy, yo pues no sé qué te ha pasado.
—Mira, te lo voy aclarar todo. Yo nunca he querido ser tu amiga. Solamente estaba fingiendo todo este tiempo. Mi única mejor amiga siempre ha sido Nancy, ¿Tú de verdad creías que estaría con una pringada como tú? Solo estaba contigo para no quedarme sola en la clase, te utilicé, eras la única a la que conocía y bueno en primaria solamente me juntaba contigo para decirle los secretos que me decías a Nancy. Pero ya se acerca la graduación y ahora estoy con Nancy en el grupo de la excursión, así que, ya no te necesito. Esta soy la verdadera yo, quiero decir esta es la verdadera Akila. Por eso no te me acerques otra vez. Y sinceramente prefiero estar con ella que contigo—Termina de decir ella.
Se marcha pero no sin antes mirarme mal. Yo me siento fatal por África. Veo como empiezan a derramarse lágrimas por sus ojos. Ella solamente mira al suelo. Pero de golpe, sale corriendo del gimnasio. Yo sinceramente no sé qué hacer pero al final voy tras ella. No sé porque la sigo, es como un impulso.
Su historia me recuerdo algo que no quiero recordar. "La traición". Esa es la palabra que no quiero recordar.
Ella esta dirigiéndose hacia el patio. La sigo. Salgo al patio y la veo sentada llorando, cubre sus ojos con sus manos. Esa expresión me recuerda a qué yo mismo la he hecho muchas veces, meses atrás.
—¿Estás bien?—Le pregunto mientras me siento en el banco.
—Yo...No me lo puedo creer—Responde ella con la voz ronca.
—Tranquila. Por ahora no puedes hacer nada.
—¡Cállate! ¿Qué vas a saber tú? ¡No lo entiendes! Ella era mi mejor amiga. La persona a la que confesé todos mis pecados y secretos—Dice ella casi gritando, con llantos.
—Aunque no lo creas. Yo he sentido lo mismo que sientes en este momento, el sentimiento de la traición, cuando una persona muy querida te traiciona, te entiendo muy bien ¿No es eso lo que sientes? —Cuando digo aquello. Ella levanta su mirada y me mira—Por ahora puedes llorar todo lo que quieras, puedes desahogarte si quieres, pero ten en cuenta que pronto despegaras con tu nuevo grupo hacia uno de los mejores viajes del mundo. Tú solamente no pienses en ella. No puedes perderte la emoción por conocer un país nuevo, por personas que no valen la pena ¿Entiendes?—No sé porque, pero ella parece más relajada por mi comentario—África yo te endiento pero por ahora solo piensa en el viaje— Ella asiente y se seca las lágrimas con la manga de su chaqueta—Supongo que deberíamos ir entrando al gimnasio para ver a nuestro grupo ¿No crees?
—Sí—Dice ella, e intenta sonreír aunque se ve claramente que no esta bien.
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Estamos Solos
AdventureTodos alguna vez nos hemos sentido solos, un nudo enorme en nuestro interior, y un vacío que no para de hacernos daño. Alguna vez nos hemos preguntado; ¿Por qué nos sentimos así? ¿Por qué nos pasa esto a nosotros? ¿Cómo se puede curar?, miles y mile...