África
Llegamos hasta la cueva, todos ya están aquí. Ryan por lo que parece a apartado un poco las rocas e hizo algunos espacios para poder dormir. Por otra parte, Max, Jade y Daisy no han traído nada.
—¿Jade, no habéis encontrado nada?—Pregunto.
—No, bueno como ya estaba oscureciendo era peligroso ir buscando por allí, así que hemos decidido ir a buscar mañana
Yo ofrezco unos caramelos que había traído en mi maleta para el viaje. Y por muy sorprendente que parezca, Ryan trajo algunos pastelitos, Max tenía chocolate, y Daisy patatas. Los otros no tienen nada. Entre todos comemos un poco de todo, no es gran cosa pero más no podemos pedir.
Así después de comer, nos separamos para dormir. Los chicos duermen en la parte de la salida de la cueva. Nosotras las chicas dormimos en la otra parte.
Yo no puede dormir.
Todos parecen haber dormido, todos, excepto Axel. Que lo contemplo saliendo de la cueva. Seguramente está pensando en lo mismo que yo... Mateo.
Por la mañana despierto, con un dolor de cabeza. Es el mismo de ayer. Mi cabeza todavía sigue vendada. Me levanto, veo que todos siguen dormidos. Excepto una persona, Axel. Salgo a fuera con cuidado de no despertar a nadie. No ha amanecido del todo. Aún se ve la luna desaparecer.
Bajo de las piedras y me dirijo hacia el lago, me siento al borde, lavo mi la cara, el agua está muy fría. Al levantarme del suelo mis ojos captan una figura sentada en un tronco roto. Es Axel. Voy hacia él.
Él al notar pasos, levanta la mirada, sus ojos están rojos.
—Axel ¿Estás bien?
—Sí, ¿Porque lo preguntas?—Me siento a su lado.
—Conmigo no cuelan estas tonterías ¿Qué te pasa?
—No pude dormir anoche. No puedo parar de pensar en Mateo—Comprendo perfectamente su dolor. Pero no hay nada que hacer. Miro hacia abajo. Tarde en responder unos segundo. Lo miro y le digo:
—Axel, no hay nadie en este mundo que pueda llenar tu dolor, no hay nadie que pueda frenar tu daño, tampoco hay alguien que te pueda ayudar, y créeme nada de lo que diga te servirá como consuelo. Porque la única persona que puede hacer todo esto, ya no esta con nosotros—Al escuchar lo que yo misma acabo de decir casi no puedo controlar mi llanto. Un nudo enorme está en mi garganta, quiero llorar, quiero llorar, quiero llorar, quiero llorar, quiero llorar...
—No sé qué haría sin tu ayuda—Es lo único que dice. Yo sonrío.
—Ahora vengo—Voy a la cueva. Al entrar. Me dirijo hacia mi maleta, la abro para sacar mi cepillo de dientes pero veo algo. Es mi diario, lo cojo. Y agarro un bolígrafo. Salgo de la cueva y me siento en un tronco roto—Sinceramente, aquí hay muchos troncos rotos, algo que agradezco porque me sirven para sentarme—. Abro mi diario, veo lo último que había escrito:
Día 9 de enero
Estoy muy emocionada por un viaje que haré el mes que viene, será de lo mejor. Iremos por una semana a Colombia. Los grupos los han hecho entre el director y los profesores, estoy triste, no me ha tocado con Akila. Y encima mi grupo esta lleno de desconocidos. No conozco a nadie, excepto a un chico con el que me he chocado unas 2 veces. Y al parecer se llama Mateo. Akila me advirtió que no me acerqué mucho a él, pero no me parece una mala persona, es más me parece una persona de lo más. Pero lo que me dejo impactada fue que ese mismo chico va con su enemigo, va con ese chico llamado Axel, la misma persona que me metió con él en una pelea. Creo que este grupo va ser un desastre. Las personas que van conmigo son:
Daisy Harris, Jade Wood, Ryan Baker, Ada Russell, Axel Lewis, Max Matthews, Mateo Ward. No sé si este grupo funcionara.
Esto fue lo que escribí en ese momento cuando todavía pensaba que Akila era mi amiga. Pero por alguna razón ella ya no me importa. Lo único que ahora me preocupaba es Mateo, no puedo aceptarlo, es como si no fuera real. Y así decido escribir lo que siento ahora. Quiero continuar mi diario.
Voy a empezar a escribir pero me doy cuenta de que no sé fecha. Entonces llego a la conclusión de que hoy es 21 de febrero, ya que si ayer 20 de febrero era el día en el que tendríamos que haber llegado a Colombia, entonces hoy es 21.
Día 21 de febrero
Algo pasó el día de ayer. El avión no llegó a su destino y estalló en medio de la selva más grande del mundo. Mi mejor amiga me traicionó y me contó uno de los secretos más grandes del mundo. Ella solo fingió ser mi amiga todo este tiempo con Nancy. Me lo dijo justo antes del viaje. Y fue allí cuando Mateo me ayudó. Me dijo que él pasó por lo mismo.
El viaje de mis sueños se hizo pedazos. Cuando salimos del avión en las Amazonas, comencé mi amistad con Jade Wood. Pero luego de eso Akila me empujo junto a Nancy en un hoyo, y todo mi grupo me ayudó a sacarme de allí, pero de mientras el avión que nos vino a salvar se fue. Más tarde Ryan, nuestro líder, nos ayudó a no desanimarnos y buscar algún río, y por suerte encontramos un lago, un río, y una cueva detrás de una cascada. Era como si nuestra suerte hubiese cambiado. Pero por una tontería que hice me caí en el lago y me golpeé la cabeza, perdí el conocimiento. Me contaron que Mateo salto al lago para ayudarme pero se hizo daño, y a continuación Axel hizo lo mismo, me salvó pero por alguna razón Mateo al sacarme, se fue corriendo, y después de eso él murió. Max dijo que escucho un rugido de un puma y luego vio el zapato de Mateo de donde prevenía el ruido del puma.
No me dio tiempo a agradecer por todo lo que ese chico hizo por mí y ya se fue.
Mateo, lo único que te puedo decir es que has sido una de las mejores personas que he conocido, y nunca por nada del mundo pensé que te irías tan pronto. Has sido uno de los pocos y mejores amigos que he tenido.
Luego de eso hable con Axel, su ex mejor amigo que sintiéndolo mucho por su muerte admitió que fue él quien comenzó la pelea y que lo quería mucho. Y no solo eso, sino que descubrí que Jade no es de nuestro curso. Pero más adelante seguramente se lo preguntaremos.
He resumido un poco sobre todo lo que me pasó en tan solo un día. Me da por hacer una opinión sobre lo que pasó con Mateo, porque necesito desahogarme.
Día 21 de febrero.
Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. Mateo. No me cansó de decir su nombre. Estoy demasiado triste, no puedo aceptarlo tan pronto. Es inimaginable que una persona que hace apenas un día esté contigo y a la mañana siguiente este en tus recuerdos. Mateo. Ese chico que por muy poco tiempo que pasamos juntos logré saber muchas cosas de él: Era una persona increible.
Mateo. Gracias por todo.
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Estamos Solos
PertualanganTodos alguna vez nos hemos sentido solos, un nudo enorme en nuestro interior, y un vacío que no para de hacernos daño. Alguna vez nos hemos preguntado; ¿Por qué nos sentimos así? ¿Por qué nos pasa esto a nosotros? ¿Cómo se puede curar?, miles y mile...