Capítulo 65

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África

—África, despierta—No sé en qué momento cerré los ojos y me quedé dormida en el asiento del bus. Pero la voz de Jade me despierta. Abro los ojos poco a poco—Hemos llegado

Intento ignorar como mi corazón da un vuelco y los latidos hacen su función golpeando más fuerte que nunca. 

Salimos del bus, y nos quedamos sin palabras al contemplar el aeropuerto. 

—No me creo que ya estemos aquí—Opina Ada. A lo que Max asiente;

—Sí, es poco creíble

—Bien, chicos, entramos ya—Indica Ryan. Pero al pasar por la puerta de acceso—esas puertas que son como giratorias—mi mirada capta una hoja colgada en una pared. No es una hoja muy grande, pero hay algo en ella...

—Mateo—Él se gira y me mira, yo le hago señal de que se acerca y eso hace. Los demás están avanzando sin darse cuenta de que nos hemos parado.

—¿Qué pasa?

—Mira esto—Digo con una voz temblorosa, al mismo tiempo señalo el cartel colgado en la pared, él lo analiza y después me mira con sorpresa y desconcierto.

—Pero qué...

—Chicos—Nos llama Max al darse cuenta de que nos hemos parado—Venid rápido

—Max, ven aquí y llama a los demás—Informa Mateo. Y los demás se acercan. 

—¿Qué pasa?

—Mira Ryan, mira esto—Señalo hacia el cartel y él también se queda sin palabras. Todos lo hacen.

En la pared, está colgado un cartel, en donde hay una foto individual de nosotros 8, y en la parte superior del cartel, hay un título muy llamativo y enorme que dice "Chicos de secundaria, perdidos en la selva de la muerte". Abajo pone la fecha, el 21 de febrero. Justo un día después de cuando se estrelló el avión.

—Probablemente, ya nos hayan tomado por muertos—Dice Ada.

—Pienso lo mismo, hemos estado más de un mes fuera, perdidos—Concuerda Axel. 

Avanzamos para dirigirnos al punto de información, pero nos encontramos por todas partes nuestras fotos. Es un poco perturbador, la verdad. Además, la gente que pasa y ha mirado el cartel se nos queda mirando, algunos hasta nos señalan. 

Llegados al punto de información, la recepcionista, se da cuenta de quienes somos, y no tarda ni 5 segundos en llamar al superior. Como era de esperar al señor le sorprende nuestra historia, pero nos cree. Ya que en teoría, el 20 de febrero tendríamos que haber bajado en este mismo aeropuerto. En fin.

Él nos lleva en una especie de sala, en donde hay una habitación que lleva el cartel de "no entrar" . El señor entra en la habitación, y en unos 10 minutos (aproximadamente) sale de ella, y nos dice que le acompañemos. Sin protestar hacemos caso al señor. 

Nos deja pasar dentro del aeropuerto sin pasar por las máquinas de seguridad. Nos vuelve a llevar en otra sala, pero en esta hay gente, es la sala de espera. 

—Chicos, he llamado al aeropuerto de Manchester, y les hemos informado sobre vuestra situación. Ahora cogeréis este vuelo que os llevará a Inglaterra, para volver con vuestras familias. En dos horas saldrá el vuelo—Antes de que digamos algo, nos regala una sonrisa y nos da una especia de carta—Estos son los avisos que tendréis que dar a cambio de los billetes

Y dicho esto se va. No nos deja agradecerle nada. Solo nos da una sonrisa y se va. 

Sin más.

Y nosotros 8 nos quedamos quietos.

Procesando lo ocurrido.

Vamos a volver a casa, en 2 horas estaremos volando para llegar a nuestra casa. 

La vista se me nubla, y dejo caer mis lágrimas sin poder controlar.

Estoy feliz.

Y a la vez no.

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