Capítulo 59

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Mateo

Yo y África, seguimos hablando. Cambiamos varias veces de turnos, pero el cansancio se empieza a sentir, aparte de que no tenemos agua. 

MUCHAS HORAS MÁS TARDE

Ya ha atardecido, pronto anochecerá y según Axel, solo nos quedan unas 2 horas—aproximadamente—Para salir de esta selva.

Casi decirlo parece mentira, casi.

Si a mí me duelen mucho los pies, no quiero imaginarme a África, con ese tobillo. Pero ella está aguantado, es fuerte de verdad. Mi mejor amigo también parece bastante cansado, en general todos lo están.

—Chicos—Nos llama la atención Ryan—Solo nos quedan 2 horas para poder salir de esta selva, sé que ir por esta selva d enoche es muy peligroso, pero... Estamos a casi nada para poder salir ¿Qué opináis?—Hemos entendido su indirecta.

—Puede parecer una locura, pero... He mos caminado mucho más, y solo son dos horas, creo podremos llegar al anochecer—Opina Ada, y tiene mucha razón. Todos asientes porque están de acuerdo, pero es entonces cuando nuestras miradas se dirigen hacia África.

—Tu pie...—Comienzo a decir, a estas alturas seguramente le estará doliendo mucho.

—Estoy bien, no voy a negar que me duele mucho, pero solo son 2 horas ¿No?

—Pero...

—Mateo, no te preocupes, estoy bien de verdad, además he aguantado cosas peores—Sé a lo que se refiero.

—En ese caso, nos ponemos en marcha—Indica Ryan.

Continuamos nuestro camino. Intento alcanzar aquello que tanto anhelamos todos; volver con nuestras familias.

Caminamos sin parar, sin descansar, solo mirando hacia delante, siguiendo a Axel, Jade y Ryan. Max, Daisy y Ada están al final de todo, y a mi lado está África. Que me mira con una expresión que no sé descifrar. 

—Relájate—Me dice y giro mi cabeza hacia ella.

—Relájate tú—Le suelto, pero con un tono burlón

—Pero si eres tú quien está más serio que mi profe de mates cuando tiene que darnos las notas finales

—Me dejas sin palabras—No logró evitar mi risa al ver su expresión, y ella tampoco porque suelta una carcajada.

—Bueno... Pues eso

—¿El qué?

—Qué te relajas, pesado. Creo que te está afectando, el no ir al instituto, captas muy lento lo que digo—Me vuelo a reír

—No será que la afectada eres tú y no te explicas bien

—Ah, no, el problema eres tú

—Sí, sí

—¡Qué hablo en serio!

—Lo que tú digas

—¡Eh, oye! ¡No te burles!

—Sí, sí

—¡Mateo!—Me río más fuerte, cuando me da un codazo en el brazo—Como te pasas molestándome

—Es lo que hay

El camino se nos hace eterno.

Caminamos, caminamos, y caminamos sin descanso, pero cuando parece que la selva es demasiado grande y que no encontraremos nada, aparece nuestra salida.

Cuando menos lo esperábamos, apareció. 

Estaba justo delante de nosotros.

Nuestra salida.

Las esperanzas nos invadieron al 100%.

Volveríamos con los nuestros.

Solo quedaban 8 pasos.

Un paso por cada persona de nuestro grupo.

Los 8 pasos que nos quedan para estar a salvo.

Para no estar solos.

Solo 8 pasos.

Ya no ESTAMOS SOLOS.


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