Capítulo 62

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Mateo

—Me has engañado, y eso no está bien—Digo al mismo tiempo que me siento en el banco al lado de ella.

—No te he engañado, ya te dije que sería en la próxima parada, y no cuenta el mismo pueblo, Mateo—Replica África.

—Pero me dijiste que irías a ver a un médico

—Y lo haré, pero en Medellín. Allí seguramente me harán un tratamiento mejor, además ya he aguantado tanto, que 5 horas no son nada

—¿Por qué haces que todo lo malo que te pasa, no es importante?—Ya no tiene respuesta. Después de un silencio, habla:

—¿Estás enfadado?

—¿Qué?, no, claro que no. Es solo que me preocupo

—Pues simplemente no lo hagas

—¿Es en serio?

—Bueno...

—Está bien, pero en la capital iras si o si a ver a un médico

—A la orden, señor—Se lleva la mano en la frente, y hace el gesto de los soldados, no evito la risa y la suelto.

—Qué tonta eres—Ella se hace la ofendida.

—Tonto tú—Responde como una niña pequeña

—Tonta tú

—Imbécil—Espera, ¿en serio piensa en comenzar a insultarme?

—Idiota—Contraataco

—Capullo

—Grosera

—Patán—Voy a decir otro insulto, pero... Se me adelanta sin que pueda responder—Lerdo, panoli, baboso

—Espera, ¿baboso?

—Feo

—¿Feo?

—Vale, creo que hora de parar—Dice como si hubiese estado trabajando toda la tarde.

—¿Me has llamado feo? 

—Mn... No es verdad—Dice

—¿No has visto lo atractivo que soy?

—Lo que he visto, es tu ego, que está muy arriba

—Yo flipo—Me hago el ofendido, llevándome la mano en el corazón.

—Es broma, tampoco eres tan feo—Bromea y se ríe.

—Ya... ¿Y lo de baboso?

—No sé, se me pasó por la cabeza

—No sé si os lleváis bien o mal—Escuchamos una voz que viene por detrás de nosotros, nos giramos a la vez, y nos encontramos a Axel y a Jade

—¿Axel?—Pregunto

—Sí, tio, llevo aquí desde que os habéis empezado a insultar—Voy a replicarle, pero se me adelanta—Para informaros un poco, quedan 4 minutos para que llegue el siguiente bus. Ryan dice que es mejor asegurarse el sitio, por eso ya se ha sentado en la parada

—Ah, vale—Dice África.

Nos dirigimos hacia la parada. Porque antes, al bajar del anterior bus, decidimos separarnos un poco por la zona. Ahora, Ryan nos llama para coger el trasporte, que nos llevará en unas 5 horas a Medellín. Una sensación está dentro de mí, supongo que nervios, pero no lo sé exactamente.

Insistimos, una vez más, en que Daisy no tenga que gastar su dinero... Pero no ha querido escucharnos y ha comprado los billetes. No esperamos mucho para sentarnos en el bus, y sinceramente es mil veces mejor que el anterior. Bueno, es de esperar porque este nos llevará a la capital, que está bastante lejos. 

Me siento con mi mejor amigo, y hablo con él.

Solo 5 horas.

5 horas para volver a nuestra casa.

Por una parte, estoy muy feliz y emocionado.

Pero...

Por la otra parte, volver a casa es aterrador.






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