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ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Caminé vistiendo lo que siempre usaba: un pantalón de mezclilla y una camisa blanca; y pasé en medio de las miradas hostiles de los guardaespaldas con trajes negros que se concentraban en mí. Miré hacia atrás indiferente antes de entrar al gran edificio.

─ Oh, si has venido...

Tan pronto como mis pies cruzaron el borde de la puerta, me encontré con Zhang Hao, quien me miraba con una mano sosteniendo un documento y la otra llevando un vaso con alguna bebida que aún no descifraba.

Volví a admirar esta gran casa y la verdad es que todavía no me acostumbraba, el ambiente era inquietante y silencioso, muy incómodo.

─ Adelante. ─indicó con voz suave dándome la espalda y saliendo del salón principal.

Seguí al lindo chico hacia una habitación que parecía una sala de reuniones, con una pantalla de proyección, mesas y sillas perfectamente alineadas.

Él caminaba moviendo sus caderas que de alguna forma lograban hipnotizarme. No iba a mentir, ese chico era sumamente seductor, y estaba seguro que él lo sabía perfectamente.

─ Mientras estés aquí deberás integrarte con todos. No te metas en problemas, no hagas las cosas más difíciles. ─sabía a lo que se refería.

Él conoció aquella parte de mí de la cual no estaba muy orgulloso. Solo lo miré y rodé los ojos mirando el elegante lugar. Era diferente al resto de la casa, pero se notaba mucho más costoso.

─ Toma asiento primero. ─él señaló hacia la silla que tenía al frente y obedecí sin mucho.

Vi como él también se sentaba y abría una caja de madera brillante. Pensé que se trataba de alguna placa o algo más 'normal', pero cuando vi lo que era en realidad, tragué en seco.

─ Aquí tienes una pistola y un cuchillo. Cuando estés afuera conmigo, llévalos. ─colocó ambos objetos en la mesa y me los cedió con una sonrisa.─ ¿Sabes usar una pistola?

Asentí algo dudoso. De niño me gustaba jugar con las pistolas de juguete, pero sabía que esto era algo muy diferente y más trabajoso. Él parecía no creerme, pues me miró algo extrañado; aún asi siguió hablando sin indagar en el tema. Igual de alguna forma iba a aprender como usarla.

─ Bueno, tienes que recordar que tu trabajo es hacer todo lo posible para mantenerme a salvo. ─solo suspiré.

Jamás me hubiera imaginado que terminaría trabajando y cuidando a un omega que solo enloquecía a mi estupido lobo y que ni conocía a la perfección. Mi yo del pasado me golpearía si me viera ahora.

─ ¿La policía me detendrá si accidentalmente le disparo a alguien? ─pregunté al recordar que debía saber algunos detalles.

Me acababa de dar una pistola como si me regalara una caja de bocadillos. Si matara a alguien, ¿él irá a la cárcel en mi lugar?

─ Todo lo que pasa aquí está fuera de la ley. ─¿estaba tratando de decirme que lo tenía todo organizado? ¿Así de grande era este negocio?

─ ¿Puedo saber de quién tengo que protegerte? ─su sonrisa volvió a aparecer, poniéndome ansioso otra vez.

─ Debes cuidarme de todos aquellos que quieran lastimarme. ─respondió y yo sonreí. Quizás debería de agregarme en esa lista.─ Hay muchos deudores, competidores y...socios. ─añadió con frialdad en su voz.

Ahí entendí porqué le pegaron aquella noche en donde lo vi por primera vez; aquella noche en donde mi martirio empezaría. Si no hubiera estado herido, quizás hubiéramos terminando follando para luego olvidar que existíamos; lástima que ahora solo estaba aquí, siendo un tipo de niñero cuidando su trasero.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora