𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟐𝟎

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Bien, esto de escuchar a mi corazón era más complicado de lo que pensaba. Habían pasado más de cinco horas y aún no podía conciliar el sueño por estar pensando en las palabras de Ricky.

¿Hao en realidad era mi destinado? No era creyente de todas estas cosas pero...al conectar todo lo que sucedió desde que lo conocí no tenía otra explicación válida. ¡Que complicada era la vida!

En medio de mis pensamientos agobiantes y del desorden en mi cama al dar vueltas como loco al no poder dormir, escuché bullicio fuera de mi habitación que me hizo pensar y cuestionarme sobre lo que sucedía.

Junto a ello, un aroma familiar se impregnó en el aire que de inmediato me hizo salir de mi cama en un salto sin siquiera pensarlo. Solo quería sentirlo por más tiempo y hacer a mi lobo feliz para que se olvidara de ese raro sentimiento de soledad.

Por suerte, al abrir la puerta y adentrarme en el pasillo, el aroma se intensificó haciéndome recordar a una única persona: Hao. ¿Acaso ya había regresado de su viaje?

Miré hacia todas partes para tratar de encontrar algún rastro de él, pero no tuve éxito, llegando a pensar que se trataba de una alucinación mía por todo lo que estaba sintiendo.

Sin embargo, en el momento en que me di la vuelta para ingresar a mi habitación nuevamente con la notoria decepción presente, mi nombre fue llamado por una voz conocida que me hizo girar al instante.

Ahí vi a la persona responsable de mi corto sufrimiento con una pequeña sonrisa en su rostro, mientras que yo estaba teniendo un ataque de alegría en mi interior por parte de mi lobo que no paraba de saltar contento. No pude evitar sonreír nervioso ante su presencia.

─ Hanbin... ─susurró con su suave voz.─ ¿Estás bien?

─ Hola... ─solo eso era capaz de decir debido a mi nerviosismo.

Hao estaba frente a mí, realmente estaba ahí y no era una alucinación mía. Sin embargo, a comparación de mí, él se veía preocupado mirando mi cuerpo de pies a cabeza. ¿Tenía algo en el cuerpo? ¿Por qué me miraba tanto?

Bajé mi rostro hasta que encontré la causa de su preocupación: estaba descalzo, en pijama, y siendo las tres de la madrugada en medio del pasillo. Obviamente era extraño.

─ ¿Qué haces aquí? ─preguntó sin levantar tanto la voz. Había olvidado que el resto estaba durmiendo, cosa que yo también debería hacer.

Pensé en alguna excusa que sea creíble, pero mi cerebro no estaba trabajando al máximo por el shock y la emoción del momento, así que terminé por reírme algo nervioso mientras evitaba verlo a los ojos.

─ Salí a tomar agua. ─eso bastaría.

─ Tienes una cocina en tu habitación, ¿sabías? ─mierda.

No podía creer que siempre quedaba como un tonto frente a él. No quería ni levantar la mirada, así que solo cubrí mi rostro con mis manos mientras la vergüenza se apoderaba de mi cuerpo gracias a la tontería que dije.

─ ¿En serio te encuentras bien? ─su voz me hizo dar cuenta que cada vez estaba actuando más extraño.

Así que, tragándome toda mi vergüenza y tratando de mantener un rostro indiferente ante mi evidente mentira, lo miré negando como si nada hubiese pasado.