𝟑𝟑

522 90 11
                                        

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Pasaron un par de horas desde que metieron a Hao a la sala de operaciones de aquel hospital en donde me encontraba. Estaba nervioso, no quería irme hasta que lo viera y esté seguro de que se encontraba bien, fuera de peligro. Solo daba vueltas por el pasillo, me sentía inquieto. Sabía que todo esto era mi culpa y no podía evitar molestarme por ello; si tan solo no fuera tan despistado.

En medio de mi desorden mental y sentimental, una mano me detuvo con prisa, obligándome a girar en seco y ver al causante a los ojos. Pude darme cuenta que se trataba de Matthew, quien me extendía un vaso con café, llevándome lentamente hacia uno de los asientos de plástico del pasillo.

─ Sé que estás alterado, pero te pido de todo corazón que te sientes antes de que todos colapsémos. ─susurró sonriendo en el momento en que me quedé quieto sobre el plástico frío.

─ No quiero que nada le suceda. ─honestamente, en el fondo de mi pecho, estaba aquel sentimiento de miedo que deseaba no saliera y se hiciera notar. No estaba preparado para las malas noticias.

─ Entiendo. ─sonaba sincero.─ Pero tampoco queremos que te pase algo a ti.

No dije más, solo llevé el vaso hacia mis labios para sentir el cálido sabor del café. Pero no me enfoqué mucho en la bebida, mi mente estaba interesado en otro tema: Jiwoong. Me hervía la sangre al pensar en él, me enfadaba de solo recordar su nombre. Mierda, todo esto era mi maldita culpa.

─ Nada de esto hubiera sucedido si me mantenía en alerta. ─no me di cuenta de que apretaba el vaso con furia total. El líquido caliente resbalando en mis manos me trajo de vuelta a la cruel realidad.

─ Hanbin, por favor. ─Matthew me detuvo de inmediato al notar el accidente que ocasioné, obligándome a mirarlo.─ Lo cuidaste bien, ahora solo debes pedirle a tu lobo que le siga hablando al suyo para que se sienta mejor.

Mi lobo, sí. Esto funcionaría. Cerré los ojos y traté de concentrarme en conectar con el lobo de Hao. A lo lejos, mi lobo escuchaba los lamentos del ajeno, haciendo que me sienta más que fatal. Lo llamé, esperaba que me respondiera, pero solo obtenía más lamentos como respuesta. Entonces solo pude hablar desde el corazón, lo que realmente sentía.

Lo amaba, lo amaba sin razón, lo amaba y lo aceptaba, ya no lo negaba más. Yo soy su alfa, Hao es mi omega, ambos éramos destinados y no había nadie que traté de separarnos. Sin darme cuenta, ahora derramaba lágrimas, mis mejillas yacían empapadas por las gotas que caían sin control.

Quería seguir hablándole a su lobo, pero la presencia del doctor recién llegado se interpuso en mi conexión, haciéndome dejar todo a un lado para prestarle suma atención a sus palabras.

─ ¿Cómo se encuentra Hao? ─pregunté acercándome al hombre que nos miraba algo agotado.

─ El paciente está bien, solo que aún no reacciona. ─aquellas palabras resonaron como eco en mi mente.

─Déjeme verlo, por favor. ─le suplicaba al doctor. Necesitaba ver a Hao ahora o enloquecería por completo, necesitaba obligarlo a despertar y mantenerse conmigo para siempre.

No sé que rostro me habrá visto el doctor, que accedió en cuestión de segundos, dándome pase a la habitación donde el cuerpo de Hao descansaba plácidamente. Solo estábamos los dos; él sobre la camilla, conectado a diferentes aparatos y con una gran venda en el vientre, y yo de pie, mirándolo sin poder hacer nada para ayudarlo.

Agradecía poder estar a solas junto a él, así podía encargarme de decirle todo lo que quería y mirarlo sin interrupciones. Pude notar que su piel estaba más pálida de lo normal y se veía más delgado, se veía débil. Con solo verlo, ya sentía mis lágrimas amenazar con salir, y en el momento en que toqué su mano, terminé por romperme en llanto.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora