𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟒𝟑

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Hablar con Ricky no fue nada complicado, lo difícil aquí fue convencerlo de que me ayude a conseguir una reservación en el restaurante de su hotel obviamente lujoso y prestigiado. Al principio, como esperaba, se negó rotundamente, pero tras una larga charla explicativa en donde le dije lo mucho que lo apreciaba, terminó por aceptar.

Aunque quizás vió mi rostro de desesperación y mis ganas de llorar, sumada mi notoria falta de descanso. Sea cual sea la razón, él aceptó y ahora tenía una reservación en la lujosa azotea del hotel, con una cena totalmente pagada y con música clásica de fondo.

Aún recordaba sus palabras: "Lo hago porque se trata de mi primo y porque eres tú quien me lo pide; aparte, no quiero verte llorar." Le agradecía profundamente, era mi única opción ya que nada me parecía suficiente si hablábamos de hacer feliz a Hao.

Ahora solo quedaba poner todo de mi parte para darle una de las mejores noches de su vida. No me importaba gastar lo poco que tenía ni pasar noches sin dormir; no me importaba nada de eso, Hao lo valía.

Quería hacer algo que quedara grabado en su mente, trataba de imaginarme las cosas que le gustaban a los omegas para hacer algo especial. Jamás me puse a pensar sobre sus gustos; literalmente los únicos omegas con los que interactué fuera del sexo fueron Matthew, mi hermanito, y ahora, Hao.

Y hablando de Taerae, aprovechando mi día libre, decidí ir a visitarlo y capaz preguntar sobre los gustos de los omegas. Quizás sacaría algún tipo de información útil de él que me sirviera para aplicar con Hao, debía de aprender de algún modo, aunque tenía más que claro que Taerae era muy distinto a Hao en todos los aspectos.

─ ¿Así que me dices que encontraste a tu destinado, el cual es tu jefe omega, al que ahora planeas pedirle ser tu pareja? ─preguntó con notoria sorpresa.

─ Eso mismo. ─respondí viendo como se lanzaba hacia el respladar del sofá suspirando con asombro.

─ Me sorprendes, hyung. Jamás pensé que llegarías tan lejos. ─podía oírse la honestidad en sus palabras, tanto que golpeó mi ego en segundos.

─ ¿Tan poca fe me tenías? ─comenté indignado. Soy Sung Hanbin, por Dios.

─ Eres alfa, y uno muy tonto. ─otro golpe hacia mi ego. No iba a mentir si decía que no dolía.

─ Gracias, hermanito. Eres un gran apoyo emocional.

─ Si, eso me dicen a menudo. ─ambos terminamos por reír en medio de la silenciosa sala. Nuestras risas resonaban entre las paredes, inundando el lugar que una vez fue mi hogar.

Mentiría si dijera que no extrañaba mi casa. Era muy linda, cálida, aunque la mayoría del tiempo lo pasara solo, ya que Taerae estudiaba durante el día. Pero por más que lo viera solo unos minutos a diario, al menos sabía que estaba ahí conmigo.

Taerae, un chico tranquilo con un dulce aroma a manzana verde, a veces me costaba aceptar que es mi hermano. No tenemos mucho en común y no nos parecemos en nada, físicamente hablando, pero lo adoraba con toda mi alma. Por más que creciera, para mí siempre sería mi pequeño hermanito omega amante de la música.

No supe por cuánto tiempo estuve observando a Taerae hasta que reaccioné cuando él sacudió sus manos frente a mi rostro. Me perdí en mis pensamientos y todo por pensar en él. Sin duda, lo extrañé en todo este tiempo.

─ ¿Tengo algo en el rostro? ─preguntó algo tímido. No me di cuenta de que lo miraba fijamente sin decir palabra alguna. Seguramente lo asusté.

─ Te extraño, Taerae. ─dije tras unos segundos en silencio.─ Juro que si pudiera, te llevaría a la mansión conmigo para que no te apartes de mi lado y cuidarte como no puedo hacer ahora.