𝟒𝟗

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ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Vivía una tormenta emocional interna. Mi mente era un torbellino de pensamientos confusos y sentimientos encontrados. ¿Qué era lo que verdaderamente sentía? ¿Dolor? ¿Decepción? ¿Arrepentimiento? ¿Incomodidad? Quizás era una amalgama de todas esas sensaciones, una combinación de emociones que me consumían.

La imagen de Hao dándome la espalda y cerrando la puerta resonaba en mi mente una y otra vez, como un eco doloroso que se negaba a desvanecerse. No podía deshacerme de la profunda tristeza que la escena me había dejado, de la sensación de fracaso y desesperanza que me embargaba.

Los minutos posteriores a aquel momento no hacían más que intensificar mi sufrimiento. Los ojos de los guardaespaldas clavados en mí, llenos de odio y molestia, como puñales que atravesaban mi alma. Me sentía vulnerable, derrotado por las conspiraciones en mi contra.

Habían logrado su cometido, hacerme quedar mal frente a Hao, y lo peor era que tenían pruebas, aunque distorsionadas por la malicia. ¿Qué pensaría Hao de mí en este instante? ¿Me consideraría otro traidor al que debía eliminar? No podía hacer nada más que reprochar mi falta de valentía, mi incapacidad para explicar la verdad.

Me veía a mí mismo como un completo idiota, un ser desprovisto de la astucia y la fortaleza que creía poseer. En mi mente, me autodefinía como un alfa estúpido más, sumido en la desolación de mis propias decisiones erradas.

─ Si sigues bebiendo de esa forma tendré que sacarte del bar, no quiero borrachos sin control aquí. ─dijo Hwaseung mientras apartaba la botella de ron de la mesa. Estaba tan sumido en mis pensamientos que había olvidado que ella hablaba conmigo minutos atrás. Genial, ahora me sentía más mierda.

Decidí dar un último trago a mi vaso antes de alejarlo de mí, suspirando abrumado y dejándome caer sobre la mesa, sintiendo el peso de mis pensamientos agobiantes aplastarme. Estaba exhausto, tanto física como emocionalmente, y podía sentir cómo mis párpados empezaron a picar, y no por el alcohol, apenas había empezado, sino por las lágrimas que amenazaban con caer por mis mejillas.

Me preguntaba si sería posible retroceder en el tiempo y deshacer todo lo que había ocurrido. Mi mayor conflicto era con Hao y la confianza que se había visto fracturada entre ambos. Ahora no quería ni verme y con obvias razones, lo entendía, sabía que cualquiera podría reaccionar de esa forma.

El chico que amas, el cual juró siempre estar a tu lado, termina hablando a tus espaldas con tu mayor enemigo. Claro, él no conocía el contexto, podría pensar cualquier cosa aunque no fuera real; lamentaba no haber hablado en su momento. No estaba seguro en que si Hao me entendería, o si incluso si querría escuchar mis explicaciones.

─ ¿No tendrás lejía por ahí? Si la bebo, acabaría con todos mis problemas. ─bromeé intentando aliviar la tensión del momento. Hasta que noté como Hwaseung se sentaba a mi lado y apartaba un mechón de cabello de mi rostro, mostrando una sonrisa cargada de preocupación.

─ Prefiero tenerte borracho que muerto. ─dijo con cariño, dejando en claro que estaba ahí para mí, pese a todo, y honestamente me sentí peor. No solo era un estúpido con mi omega, ahora también era una carga para mi única mejor amiga.

─ Deberías estar descansando en tu casa, no cuidando de un alfa imbécil que hace todas las cosas mal. ─comenté con un tono sarcástico, ocultando mi rostro sobre mis manos y escuchando la leve risa de Hwaseung resonar en el ambiente mientras se movía para acercarse más hacia mí, pues la música de fondo se mezclaba con la conversación y escucharla con claridad era imposible.

─ Necesito dinero, no cerraré el bar esta noche siendo sábado. ─mencionó ella, haciéndome recordar la regla no escrita de que los fines de semana el bar no cerraba.─ No me molesta acompañarte, no quiero perder a mi mejor barista. ─añadió con sinceridad.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora