𝟒𝟐

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ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Yo me despertaba temprano únicamente por dos cosas: para saludar a Taerae por su cumpleaños antes de que marchara a la escuela, o porque había un tema que rondaba en mi mente sin dejarme tranquilo. Y ahora, la razón de mi presencia en los pasillos a tempranas horas de la mañana era la segunda opción.

No pude dormir. Cerré los ojos con la finalidad de poder descansar al menos unas horas luego de la visita imprevista de Ricky, pero fue imposible. A mi lobo nada le parecía suficiente, así que me vi obligado a buscar ayuda en otras personas.

Por eso es que ahora me encontraba caminando por los pasillos silenciosos. La luz del día recién se filtraba por las ventanas, y yo iba en busca de Gunwook. Aún no sabía donde estaba, pero en algún lugar lo encontraría, ese chico no dormía.

Mi plan era sencillo, confesarme estando únicamente nosotros dos. Sonaba fácil, sin embargo, no tenía ni puta idea de dónde o en que contexto hacerlo. ¿Sería buena idea ir a un restaurante costoso? ¿O debería optar por un paseo en la playa?

Fuera lo que sea que eligiera, estaba seguro de que no me sentiría satisfecho al saber que se trataba de Hao. Él merecía todo lo bueno de este mundo. Quería darle una sorpresa de la forma que amerita.

Mientras caminaba en búsqueda el alfa con aroma a tierra, me topé con dos guardaespaldas que murmuraban al mirarme, obviamente con desprecio. Sabía que me juzgaban y que todo era gracias a Wonhyeon, a quien, por cierto, no había visto en varios días.

No dije nada, ni siquiera quise mirarlos más, solo fui por mi camino, pasando frente a ellos sin bajar la guardia. Claro, todo hubiera transcurrido de la misma forma que siempre si no fuera por aquel estúpido comentario que dijo uno de ellos con el objetivo de provocarme.

─ Quizás más tarde me meta a la habitación del jefe. ─me miraba expectante, esperando por mi reacción.─ Digo, pues terminó siendo un cualquiera como el resto de omegas.

─ ¿Será que también me sirva para pasar mi celo? ─eso fue todo, no los podía escuchar más.

Mi sangre hirvió instantáneamente, y mi mandíbula se tensó con la furia contenida. Escuchar a esos hombres tratar a Hao como un objeto me hizo perder el control del momento.

Sin dudar, me detuve en el pasillo y me enfrenté a los guardaespaldas que sonreían satisfechos. No pude contenerme más y me abalancé hacia ellos, con los puños apretados y los ojos llenos de rabia incontrolable.

Los encaré. Una mirada llena de desafío, mientras una energía intensa y salvaje emanaba de mi cuerpo disparó mi aroma a enojo por el lugar. Mi lobo estaba enfadado, solo pensaba en las mil y una formas de acabar con ellos.

Los ataqué con fuerza y precisión. El estruendo de los golpes resonaba por el pasillo, mientras me libraba de toda la frustración acumulada en mi pecho. Cada golpe estaba cargado de la ira que sentía hacia aquellos que se atrevían a ofender a Hao.

Ellos podrían meterse conmigo y a mí no me interesaría, total, ya estaba acostumbrado; pero escuchar como lo ofenden y tratan como objeto solo me hizo enfadar. No lo permitiría jamás por nada del mundo.

La adrenalina corría por mis venas mientras desataba mi ira, golpeando y empujando a los guardias con una intensidad que nunca había mostrado antes. Mi determinación era feroz, alimentada por el amor y la protección que sentía mi lobo hacia mi onega.

Sin embargo, el frenesí fue interrumpido por Gunwook, quien apareció a mis espaldas, tomándome del brazo para evitar que lanzara más golpes a los alfas ya lastimados. Su mano firme y serena se posó en sobre mi hombro, haciendo que lo viera a los ojos; su rostro reflejaba una mezcla de preocupación y comprensión.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora