𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟔𝟏

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─ ¿Ricky? ─soltó Hao, su voz resonando en la azotea vacía.─ ¡¿Ricky?!

La inquietante nada nos recibió, pero de pronto, una voz detrás de nosotros nos hizo girar a velocidad de la luz.

─ Vaya...¡Qué sorpresa! ─una figura apareció frente a nosotros, aquella que portaba aquel aroma a whisky que detesté desde el primer instante en que lo percibí.

Jiwoong caminaba hacia nosotros con su arma levantada, apuntando exactamente hacia Hao, sonriendo como si su hazaña estuviera a punto de completarse. Rápidamente, reaccionando ante su presencia, levanté mi propia arma, apuntándole como él hacía con nosotros.

Pero todo fue en vano, pues sus hombres, que aparecían de la misma puerta por la que ingresamos, nos rodearon mostrando sus armas. Todos encontraban divertida la situación, y Jiwoong se acercó hacia mí, caminando lento y apuntándole a Hao, como un depredador hacia su presa.

Temí por mi vida, pero sobretodo, temi por Hao. Inconscientemente busqué su mano y la apreté junto a la mía, mientras que trataba de mantener firme el arma en mi mano. Hao había perdido la suya anteriormente, así que solo quedaba yo para defendernos. Jiwoong, al estar frente a mi rostro, escupió con asco, dejándome sin reaccionar por la repentina acción.

─ Odio cuando la gente me traiciona. ─mencionó con la furia en su mirada. Su voz era como un veneno, y su presencia era como una sombra oscura que nos envolvía.

El odio en mi cuerpo se intensificó, y mi dedo se tensó sobre el gatillo. Quería dispararle, quería hacerle pagar por todo lo que había hecho. Pero sabía que no podía hacerlo, no con tantos hombres armados rodeándonos. Así que me limité a mirarlo con rabia, a dejarle saber que no me rendiría facilmente.

Jiwoong parecía otra persona, un ser completamente diferente. Pero aunque él se mostrara temeroso e intimidante, mi lobo no bajó la guardia, gruñendo por lo bajo, esperando el momento justo para atacar.

─ Creo que necesitas un castigo. ─dijo Jiwoong, y en un movimiento rápido, ya se encontraba apuntándome a mí, acercándose a Hao con lentitud.

Una vez lo tuvo frente a él, Jiwoong tomó su cuello y lo acercó a sí mismo. Podía ver la presión que el hombre ejercía en la piel de Hao, podía ver la expresión de dolor en la cara de mi omega. Seguía apuntándole, pero no podía hacer nada cuando noté a todos los hombres sobre mí, todos apuntándome, todos sonriendo.

Lentamente, Jiwoong comenzó a alejarse, llevando a Hao consigo, presionando su cuello y pegando su espalda contra su propio pecho, como si usara a Hao como un escudo ante lo que yo pudiera hacer. Jiwoong no apartaba la mirada de mí, ni siquiera cuando empezó a toquetear a Hao a su gusto, posando ahora su mano que tomaba su cuello sobre su cintura.

Mi corazón dolía, mi lobo aullaba molesto, queriendo ir hacia él y golpearlo como nunca antes hizo. Podía sentir el miedo de Hao, su aroma lo delataba, sus pequeños quejidos de dolor me partían el alma. Quería acercarme, pero Jiwoong solo seguía apuntándome, impidiendo todo paso que pudiera dar.

─ ¡Suéltalo, tómame a mí! ─grité, pero él solo comenzó a reír con sarcasmo.

─ ¿A ti? ¿De qué me servirías tú? ─dijo divertido.─ No me sirves de nada, ni de guardia, ni de alfa. ¡Creo que ni como persona! ─quise volver a acercarme, pero Hao solo negaba lentamente, mirándome con temor.─ No, detente ahí, o le volaré la cabeza de un disparo. ─decía apuntándole a Hao nuevamente, esta vez juntando el arma en su cabeza.

No dudaba de sus palabras, sabia que él era capaz de todo si lo quería. Hao volvió a sollozar y quejarse, más aún cuando Jiwoong, con su mano libre, presiono su abdomen justo sobre la zona golpeada anteriormente.