𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟐𝟕

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Hao le ordenó a Gunwook que me diera uno de los trajes aberrantes que debería usar. Cuando los tuve en mis manos, regresé inmediatamente a la habitación, y decidí darme una ducha para despejar mi mente.

Muchas cosas habían pasado últimamente, más de lo que esperaba. Besé a Hao, traté de entender mis sentimientos, fuimos al bar, y también conoció a mi hermano, pero hoy casi me dispara...increíble.

Tal vez debí haber matado a Hao en mi vida anterior, y convertirme en su guardaespaldas era mi nuevo karma. Después de que se estuvo todo listo, no me olvidé de sacar y llevar mi arma como había ordenado previamente. Quería evitarme la regañada.

Fui a esperarlo a la hora acordada sintiéndome un poco incómodo con esa ropa, era tan abrumador llevar algo así puesto. Hubieron algunos guardaespaldas que también irían junto a Hao que me miraron de manera extraña para luego susurrar entre ellos.

Literalmente llevábamos puesto lo mismo, así que no entendía el motivo de su desprecio. Por suerte, a unos metros de mí se encontraba Matthew, por lo que no dudé en acercarme con prisa e ignorar a esos alfas tontos.

No mucho después, Hao salió por la puerta principal vistiendo un traje azul marino que se veía exquisito, muy costoso para lo que yo podía adquirir. Me miró de la cabeza a los pies, antes de sonreír ladino y entrar en el sedán de lujo que se encontraba estacionado frente a todos nosotros.

Caminé detrás de él, un poco confundido acerca de dónde sentarme ya que el auto era conducido por Gunwook. En cuanto a los otros guardaespaldas, ellos tomaron asiento en el auto que sobraba, irían aparte.

Me detuve torpemente; di un paso hacia la izquierda, luego a la derecha confundido. ¿A qué auto debería subir? ¿Junto a los tontos guardaespaldas o junto a Hao, Matthew y Gunwook? Estaba dudando conmigo mismo hasta que se escuchó la voz de Hao en el aire.

─ ¿Por qué sigues ahí parado? ¿Esperas una invitación o algo? ─quería lanzarme y darle un puñetazo en la cara por hablarme con ese tono apático y desesperante. ¿Por qué seguía enfadado conmigo si yo no le hice nada?

Todo lo que pude hacer fue meterme en el auto y cerrar la puerta tan fuerte como pude. La mirada de Hao se amplió para revelar sus ojos feroces, pero yo no la aparté, lo miré de igual manera.

Intenté sentarme a propósito tan lejos de él, arrinconándome contra la puerta lateral. El interior del coche estaba rodeado de puro silencio, nadie hablaba. Hao estaba sentado con las piernas cruzadas sin mirar a su alrededor.

Su porte demostraba lo que era: el jefe. No negaba que tenía buen gusto; llevaba puesta una camisa blanca con un traje azul oscuro que se moldeaba a su fina figura, decorado con un pañuelo y con su cabello bien peinado.

Era hipnotizante si me preguntaban, tanto que derretía al maldito alfa tonto que llevaba dentro. Pero como dije antes, mi lobo y yo éramos dos seres completamente distintos viviendo dentro de un mismo cuerpo.

─ ¿Qué ves? ─dijo sin mirarme, rompiendo el silencio.

Me di cuenta de que había estado contemplando el cuerpo de Hao durante unos segundos. Con rapidez retiré la mirada y me enfoqué fuera de la ventana notando la vista familiar, ya había estado antes aquí.

Tras unos largos minutos, sentí como el coche se estacionó frente a un hotel de lujo, un lugar por el que pasaba a menudo pero que nunca pensé en entrar porque se veía tan majestuoso que era inalcanzable para mí, mucho más de lo que podía dar.