𝟑𝟖

533 79 32
                                        

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Había olvidado que mi celo llegaba al pasar seis meses. Siempre fue calmado, sabía como controlarlo; sin embargo, ahora me sentía morir. Estaba desesperado, quería salir de esta habitación y correr hacia la única persona que mi cuerpo reclamaba.

En el momento en que le dije a Matthew lo que me estaba sucediendo, pude notar, aunque estuviera detrás de la puerta, como reaccionaba algo exasperado. Y era de esperarse si tomábamos en cuenta el hecho de que él era omega al final de todo.

Me pidió que por nada del mundo me atreviera a salir de aquellas cuatro paredes hasta que estuviera seguro de que mi celo hubiera terminado. Ya había pasado mis celos anteriores encerrado en mi casa mientras vivía con mi hermano, aunque ahora no sabía con certeza cómo reaccionaría mi cuerpo al estar en un lugar fuera de mi zona de confort.

Estaba seguro de que este celo era distinto; mucho más intenso, y sin lugar a dudas, más salvaje. En mis celos pasados podía saciar esta necesidad pasando la noche con algún omega que se ofrecía en el bar, pero ahora, hasta sentía asco de tan solo pensar que haría algo con otra persona que no fuera aquel omega con aroma a lavanda que interrumpía mis pensamientos cada segundo.

Cerré los ojos intentando calmar mis impulsos locos de correr y atacar a Hao a besos, pero cada vez que intentaba relajarme, mi lobo saltaba en mi pecho en busca de alguna escapatoria para unirse a su destinado. Simplemente estaba enloqueciendo.

Solo serían tres días, tres días en los que sufriría hasta que todo acabara, tres días en los que estaría encerrado en mi habitación por 'enfermedad' hasta que mi cuerpo se sintiera mejor y ya estuviera 'sano'.

No podía salir y arriesgarme a encontrar a Hao por los pasillos. ¿Quién sabe cómo reaccionaría mi lobo al sentir su aroma? ¿Quién sabe si él me rechazaría al asustarse por mi atrevimiento?

Estando en la segunda noche de mi celo, luego de que haya dejado mi habitación hecha un completo desastre tras mis ataques de desesperación, me recosté sobre la cama mirando al techo, pensando en todo lo ocurrido.

¿Cómo es que mi tiempo trabajando aquí pasó de ser un martirio para convertirse en un deleite justo ahora? Todo era culpa de Hao y de su poder para mantenerme a su lado a pesar de los obstáculos que tuve al inicio. Miré hacia el reloj y noté que eran las diez en punto. Genial, el tiempo pasaba mucho más lento aquí encerrado.

No podía dejar de pensar en Hao. En sus lindos ojos brillantes, capaces de hipnotizarme por horas. En sus bellos labios rojos y esponjosos que había empezado a adorar a tal punto que ahora eran mi adicción. En su piel sedosa, suave como el terciopelo, cálida como el fuego. Solo él lograba tranquilizarme y hacerme olvidar del tormento que atravesaba.

Miré el reloj nuevamente, marcaba las diez con tres. Suspiré agotado, sintiendo el sueño y cansancio caer sobre mi cuerpo. Poco a poco mis ojos fueron cerrándose hasta que se cerraron completamente entregándose a la noche estrellada.

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ⊛ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Mi mente estaba llena de imágenes provocativas en dónde una única persona danzaba de un lado a otro, soltando palabras seductoras que se desvanecían en el aire. Pero ninguna de esas imágenes podía satisfacer mi anhelo desesperado. Quería más, quería sentirlo, quería hacerlo mío.

El atardecer brillaba a lo lejos, la brisa de la playa se enredaba entre mis cabello. Aquel omega seguía danzando en mi mente mientras su aroma envolvía el aire. Mis músculos se tensaban y mis manos apretaban los bordes de la silla de madera en la que yacía sentado. Era incapaz de soportar más aquel deseo.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora