𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟐𝟗

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─ Me pregunto si es que ahora estás dispuesto a oír mi oferta. ─Jiwoong volvió a ingresar a la habitación mientras nos miraba con dureza y vacilación.

Habían pasado unas horas, tiempo suficiente para tratar de analizar la situación y buscar distintas escapatorias; lástima que la mayoría de opciones eran imposibles de realizar. Al igual que Hao, yo no dije nada en todo ese tiempo, él también parecía pensar, aunque no es como si pudiéramos hacer otra cosa de todos modos.

Mirando hacia la silueta que no dejaba de vernos ni por un segundo, no pude evitar sentirme algo cohibido ante su intensa imagen. Pude recordar y reconocer a Jiwoong como el hombre que Hao vio fuera del bar hace unas noches. Aún seguía sin saber el motivo de su presencia en ese lugar aquel día.

─ ¿Qué quieres de nosotros? ─pregunté con fuerza aunque mi voz estuviera seca y ronca a causa de la falta de agua en todo este tiempo.

Me miró fríamente y luego susurró algo inaudible. Era difícil saber qué estaba pasando por su mente en este momento, pero sin duda sabía que no era nada bueno, sus ojos llenos de desprecio lo decían todo.

─ Eres muy audaz para creer que quiero algo de ti. ─él intentaba hacerme sentir inferior, la dureza en sus palabras lo confirmaban.─ Debí haber acabado contigo hace un largo rato; aunque...

Dejó su frase sin terminar en el momento en que giró su rostro para enfocarse en Hao con fervor. Con lentitud y vacilación, Jiwoong se acercó hacia Hao cual depredador a su presa, mirandolo fijamente como si en cualquier momento fuera a escapar de su campo de visión.

La repulsión recorrió mis venas en el instante en que sus labios chocaron contra la suave mejilla de Hao, quien solo se removía con asco ante el contacto no deseado. Él disfrutaba todo, tanto su notorio rechazo como mi lobo gruñendo.

Aunque no podía decir que solo mi lobo reaccionaba ante tan desesperante escena, sino también mi corazón, mi cuerpo y mi mente, que solo generaban una ira total tanto dentro como fuera de mí.

Quería soltarme y golpearlo hasta que rogara por su vida, no lo quería cerca a Hao, cerca a mi omega. No pude evitar soltar algo que nunca en mi vida usé: la voz de alfa interna, que solo causó que Jiwoong se detuviera a mirarme incrédulo.

─ ¿Así que tienes nuevo alfa? ─preguntó estando a solo centímetros de distancia de su rostro.

Hao lo miraba directamente a los ojos, sabía que estaba forzándose a ser fuerte para mostrarse valiente, aunque muy en el fondo tuviera miedo. Mierda, solo quería acabar con él.

─ ¿Debería mostrarle quién es tu verdadero dueño? ─Hao pudo reaccionar de mil maneras, pero la forma en la que actuó justo ahora jamás se hubiera cruzado por mi mente.

Jiwoong se volvió a acercar con todas las intenciones de besarlo nuevamente, pero en un gesto veloz, Hao se lanzó hacia su oreja para morderla con fuerza hasta que la sangre comenzó a brotar de su piel.

─ Tú nunca serás nada mío. ¿Entiendes? ¡Nunca! ─un golpe seco se escuchó en la habitación rompiendo el silencio repentino: Jiwoong lo había abofeteado.

No dudé mucho en sacudirme intentando liberarme de aquellas cuerdas que me ataban mientras mis gritos resonaban en el aire. Me sentía impotente, sumamente molesto por todo lo quele hacía; lo repudiaba, lo odiaba con toda mi alma.

─ Todo es tu maldita culpa. ─soltó señalándome. Puedo jurar que vi sus ojos rojos ardiendo en fuego.

Las cosas sucedieron muy rápido, ni siquiera tenía tiempo de procesar todo lo que pasaba, pero ahora Jiwoong se encontraba tomándome del cabello, obligándome a verlo a los ojos, desprendiendo toda su ira sobre mí.