ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ
Pasaron semanas desde la operación, y Hao...él estaba bien, increíblemente bien. Regresó a la mansión hace varios días, con esa altanería casi sobrehumana que siempre lo caracterizó, como si nada hubiese pasado. Se lanzó de lleno a reparar todo lo que había quedado suspendido en los negocios durante su ausencia.
Porque Hao no era cualquier persona: él era el jefe, el corazón de todo esto, el líder de los Zhang. Y aunque Ricky hizo lo mejor que pudo en su lugar, no era lo mismo. Hao tenía una forma de hacer que el mundo se ordenara a su alrededor como si estuviera destinado a obedecerle.
Y luego estaba yo, detrás de él como una sombra que no se despegaba, como un escudo que juró protegerlo de todo, incluso de sí mismo si fuera necesario. Le prometí que estaría a su lado, que no dejaría que nada lo tocara otra vez, y ahora lo cumplía, aunque a veces me sintiera más espectador que compañero.
Junto a nosotros vivía Taerae, y ahora la mansión se sentía más viva con él cantando siempre por los pasillos, con su risa y su música llenando los rincones. Hao se ofreció encargarse de sus estudios, de sus clases de música, de su futuro...y mi hermano aceptó sin dudarlo.
Taerae, más que un amigo, lo miraba como si fuera su héroe, pero Hao solo le respondía con una ternura que jamás le había visto dedicarle a nadie más. Como si fuera su propio hermanito menor al que valía la pena cuidar.
Pero entre todo ese caos, el papeleo interminable, las llamadas urgentes, las reuniones que se alargaban hasta el amanecer, me di cuenta de algo que me dolía más de lo que estaba dispuesto a admitir: no había tiempo para nosotros. No había un momento en el que sus manos me buscaran, en que sus ojos se detuvieran en los míos con ese brillo que antes me hacía olvidar el mundo.
No había caricias furtivas ni besos robados en la oficina, ni siquiera una palabra suave al final del día. Hao había vuelto a ser el jefe...pero, ¿y mi Hao?
¿El que temblaba al abrazarme después de nuestras noches bajo las sábanas? ¿El que me tomaba de la mano en silencio porque no necesitábamos decir nada? Lo veía frente a mí, tan fuerte, tan ocupado, tan admirable, pero a su vez tan lejos. Sentía que lo amaba más que nunca, pero que cada día él estaba un poco más fuera de mi alcance.
Entonces, con la complicidad de Ricky, Gunwook y los chicos, logré lo impensado: robarle unas horas al tiempo de Hao. Organizar una cena especial para él en uno de los lujosos hoteles que la familia manejaba fue como construir un pequeño universo solo para nosotros, alejado del ruido, de las obligaciones, del mundo entero.
Una sala privada, aislada del resto, nos aguardaba decorada con flores rojas, rosas aterciopeladas que eran las favoritas de Hao, y un espacio bañado por la cálida luz de cientos de bombillas doradas que titilaban como estrellas bajadas del cielo. Solo nosotros dos, música suave, y la esperanza desesperada de recuperar algo que sentía que se nos escurría entre los dedos.
─ ¡Tengo cosas que hacer! No estoy para...
Lo escuché llegar desde el pasillo. Su voz, su inconfundible tono de fastidio mezclado con prisa y sus quejas resonaban como un eco familiar, hasta que, de pronto, el silencio se hizo presente. Un silencio tan abrupto que me hizo contener el aliento. Sabía que había entrado.
Y ahí estaba yo, esperándolo en medio de aquel escenario, con un violín entre mis manos. Mis dedos temblaban ligeramente sobre las cuerdas, pero aun así comencé a tocar. Una melodía sencilla, torpe en algunos pasajes, pero tocada con todo el amor que me cabía en el pecho. Cada nota era una súplica, cada vibración del arco sobre las cuerdas era una confesión que no había logrado decir con palabras.
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𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧
Fanfiction⟪¿Crees en los destinados? Sung Hanbin, un simple alfa barista en un club nocturno. Zhang Hao, un omega huyendo de unos atacantes en la calle trasera del club. ¿Qué pasará cuando Hanbin decida ayudarlo y descubra que no es un simple omega, si no e...
