𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟗

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Mi mente era un lío. Jamás pensé que esto ocurriría, no tenía idea de que esto pasaría, mucho menos con él. Ahora me arrepentía mucho de salir al callejón aquella noche.

Con los pensamientos revoloteando en mi cabeza, corrí hacía el dormitorio esperando calmarme y respirar con normalidad; aún seguía agitado luego de todo lo que pasó en el jardín. ¡Maldito seas Zhang Hao!

Al abrir la puerta y entrar, la tiré de golpe recostándome sobre la fría madera, tirando mi cabeza hacia atrás importándome poco si me lastimaba. Solo quería liberar el estrés y regresar el tiempo. Como él dijo, apenas llegaba un día aquí y ya tenía problemas...y muchos dilemas sentimentales.

Todos mis movimientos se detuvieron al oír una suave voz que me hizo volver a la realidad. Mierda, Matthew estaba presente mientras me veía sufrir en silencio.

─ Hanbin... ─al recomponer mi postura, pude verlo comiendo sobre la mesa.

No sé que hora era, la verdad no me importaba ahora, pero supuse que ya era la cena al notar todos los platos con diferentes comidas de las cuales Matthew daba bocados.

─ ¿Estás bien? ─preguntó preocupado.

Aunque era normal su preocupación; si un tipo que no conoces bien llegara y se lanzara sobre la puerta mientras maldice en susurro, ¿no te preocuparía?

─ Solo ando algo...agobiado. ─honestamente no mentía, mis pensamientos me aturdían cada vez más.

─ Es normal en el primer día. ─dijo sonriendo hasta que dio otro bocado a la comida frente a él, deleitándose con su sabor. No sabía si era mi hambre, pero la verdad se veía delicioso.

De pronto, él tosió haciendo que levantara la mirada. No me di cuenta, pero estaba mirando fijamente hacia la comida; me estaba muriendo de la vergüenza, hasta sentía mis mejillas enrojecerse.

─ Ven, siéntate. ─llamó sacudiendo su mano y sonriendo. Yo asentí apenado y me coloqué en la silla frente a él.

Ahí pude sentir el delicioso aroma de los platillos. Había un tazón con sopa, arroz y unos platos que parecían tener diferentes verduras y salsas que ya había probado antes.

─ Come. ─dijo extendiendo un plato hacia mi dirección junto a unos palillos. Dios, si que tenía buen aspecto.

─ ¿De verdad? ─no sabía como agradecerle, me salvaría de no morir de hambre esta noche.

─ Dime, ¿comiste algo en todo el día? ─ante su pregunta negué lentamente hasta que él empezó a sonreír.─ Anda, come antes de que se enfríe.

Agradecí como pude para luego darle una probada al plato y confirmar lo que pensaba. El sabor de la comida estaba igual de bueno que su aspecto. Sentía que me desmayaría si no comía nada, literalmente no tenía nada en el estómago. Esto era lo mejor de toda mi extraña semana.

─ Está delicioso. ─comenté intentando no atragantarme con las verduras, viendo como sonreía.

─ Agradécele a mi abuela, aunque no deberías acostumbrarte, serán pocas las veces que pueda meter comida al edificio. ─confesó y tuve curiosidad.

─ ¿No podemos comer comida externa?

─ Se supone que deberíamos comer lo que preparan aquí, junto al resto de alfas. ─dice sin dejar de mirar su plato.─ Pero la verdad es que no me gusta estar ahí con ellos, y el sabor no es mi preferido.

Bueno, Matthew tenía un punto que podía compartir. Aquí, el resto de guardaespaldas no se veían amigables -a excepción de Gunwook y Gyuvin, claro-, el resto siempre me miraba extraño, como si yo fuera un bicho raro.