ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ
La oscuridad de la habitación parecía cerrarse sobre mí como una tumba. Taerae dormía a mi lado, exhausto por las últimas horas de tormento. Yo, sin embargo, no podía descansar. Mi mente estaba llena de pensamientos de culpa. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo había podido abandonar a Hao? ¿Cómo es que todo esto comenzó?
No me podía concentrar cuando, a través de la ventana, se mostraba la imagen de los guardaespaldas de Jiwoong rondando por el jardín. Hombres altos, de gran presencia, con rostros nada agradables y armas en manos que caminaban en guardia; obviamente, todos alfas de aromas insoportables.
Al menos agradecía tener una ventana y una cama donde descansar, ya no me sentía como un animal encerrado en el abandono. Sobretodo, lo agradecía más que nada por Taerae, él no merecía vivir este infierno. Y a decir verdad, este lugar no estaba nada mal, obviando la situación y el contexto de todo, claro.
Era una habitación decente, algo abandonada por la falta de uso, pero al menos era habitable. Había una cama vieja y tambaleante, pero cómoda a comparación del concreto duro. Junto a la ventana, un escritorio marrón, únicamente con una libreta y un lápiz a medio usar; y al lado contrario, un armario el cual aún no abría. Supongo que estaría vacío, como el resto de las cosas, aunque no generaba interés en mí.
No sabía qué hacer, no podía ni pensar con claridad. Mi mente estaba hecha un lío completo, donde ningún pensamiento parecía coherente. Mis sentimientos estaban igual, enredados. Ya ni sabía que sentía realmente.
Aunque toda autorreflexión se vio interrumpida cuando la puerta de la habitación se abrió con un golpe seco de repente. La luz del pasillo me cegó por un momento en medio de la oscuridad de la noche que se filtraba por la ventana, pero pude ver claramente a Jiwoong deteniendose en el umbral, su sonrisa burlona siendo su mayor expresión.
─ ¿Qué haces aquí? ─pregunté de mala gana, tratando de mantenerme sereno aunque la molestia invadiera mis venas.
─ Veo que la habitación resultó ser cómoda. ─susurró mirando directamente hacia mi lado.
No entendí a lo que se refería hasta que recordé el cuerpo que aún permanecía dormido a unos centímetros de mí. Entonces, rápidamente cubrí a Taerae con mi cuerpo, gruñendo ante su actuar, obteniendo una risa sarcástica como respuesta.
─ Ya te dije, no me gustan los menores. ─comentó lanzándome una bolsa con desprecio. Estaba confundido, y al parecer se notaba en mi rostro, pues habló otra vez tan solo unos segundos después.─ Usarás esto, es hora de que comiences tu nuevo trabajo.
Su voz era como un látigo que me azotaba. Sentía que la historia se repetía, como si se tratase de un dejavú, con la diferencia de que esto era completamente malo, tan agrio que era insoportable. Y me quedé ahí, sin saber que decir, mientras que Jiwoong salía de la habitación.
No podía procesar lo que había sucedido, estaba sin palabras, pero antes de que pudiera recuperarme de aquella situación, dos alfas ingresaron y me agarraron con fuerza, arrastrándome hacia una sala de entrenamiento lúgubre y mal ventilada. Una vez ahí, me dejaron en lo que parecía ser un pequeño almacén, con objetos que parecían ser de ejercicios y demás.
─ Vístete. ─sentenció uno de los alfas detrás de la puerta, haciéndome recordar la bolsa que llevaba en mis manos.
Cuando la abrí, pude ver dos conjuntos distintos: uno deportivo y otro más elegante, similares a los que usaba estando con Hao. Y otra vez sentí aquella presión en mi corazón, la misma que aparecía cuando nombraba su nombre o recordaba su imagen.

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𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧
Fiksi Penggemar⟪¿Crees en los destinados? Sung Hanbin, un simple alfa barista en un club nocturno. Zhang Hao, un omega huyendo de unos atacantes en la calle trasera del club. ¿Qué pasará cuando Hanbin decida ayudarlo y descubra que no es un simple omega, si no e...