𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟏

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Mientras preparaba un martini, pude distinguir un aroma peculiar a lo lejos que llamó mi atención. Era extremadamente sublime, como una mezcla entre distintas flores sin llegar a hostigar.

Supuse que se debía a la presencia de algunas de las omegas que me miraban desde sus mesas en forma de coqueteo. Al trabajar en este bar, era común recibir tal aprecio, pero jamás sentí un aroma tan fuerte como el que ahora estaba por los aires.

Cada vez se intensificaba más, y hasta me pregunté si había llegado el celo de alguien; pero por más que quisiera buscar a dicha persona, no podía dejar mi trabajo a medias.

Llevaba casi dos años trabajando en este bar. Al principio no estaba en mis planes conseguir un empleo como este, pero al intentar y agradarle a mi jefa, decidí quedarme.

No iba a mentir con que no me gustaba estar aquí; la paga era regular, lo suficiente para así ayudar a mi hermano para que entre a la universidad que tanto anhelaba.

Sin contar los cumplidos que recibía cada que terminaba de preparar alguna bebida. No sabía con exactitud si apreciaban mi trabajo o mi rostro, porque siempre terminaban mirándome embobados. Aunque no me inportaba mucho; al final de cuentas, yo recibía mi pago y era feliz.

─ No me equivoqué contigo. ─la voz de Hwaseung hizo que sobresaltara en mi lugar. Al girar, la encontré sonriendo como si fuera su mayor orgullo.

─ Quita ese rostro, das miedo. ─comenté al ver que no dejaba de sonreír.

─ ¿Debería obligarte a venir a trabajar todas las noches? ─tomó uno de los vasos que tenía sobre la barra y bebió el contenido de este en un solo trago.─ Los días en los que tú estás de turno, es cuando el bar se llena de gente. Al parecer eres un imán de clientes.

─ ¿Qué te digo? Es un encanto natural. ─dije entre risas y ella me lanzó un golpe en uno de mis brazos.

─ Narcisista...tenías que ser alfa.

─ Tú también eres un alfa, Hwaseung.

─ Pero no soy una narcisista como tú.

─ Se llama amor propio, querida.

─ Ya, basta. Ponte a trabajar o no te doy tus quince minutos de descanso. ─me advirtió y salió desapareciendo de mi visión. Comencé a reír y seguí en lo que hacía minutos antes.

Hwaseung es mi jefa y mejor amiga. Cuando la conocí, pensé que sería del tipo de alfa amargado, pero con solo unos días me di cuenta de que en realidad es amable, bueno, al menos lo es conmigo.

En el momento en que terminé las bebidas, se las entregué a un grupo de chicas que me observaban con ojos brillantes en medio del lugar.

Sonreí con un guiño y ellas comenzaron a ruborizarse. De alguna forma me gustaba esta parte de mi jornada. Tenía que liberar el estrés, ¿no?

Volví a la barra, dejándolas con sus sonrisas y chillidos hasta que noté que ya era mi hora de descanso después de un largo tiempo. Sin embargo, me di cuenta de que el aroma que sentí hace unos minutos seguía en el aire. Aún no encontraba a la persona que lo enmendaba. Parecía que no estuviera dentro del establecimiento.