𝟔𝟒

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ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

El doctor salió de la habitación, sus pasos firmes resonaron en el pasillo antes de que su mirada se encontrara con la mía. Apenas me vio, su rostro pasó de la seriedad a una ligera expresión de alivio. Pero, ¿por qué me estaba mirando así? Mi corazón dio un vuelco, y la ansiedad recorrió mi cuerpo de la cabeza a los pies.

Sin pensarlo, tomé la mano de Taerae con firmeza, mis dedos cerrándose alrededor de los suyos, y me acerqué al médico tan rápido como pude, el aire en mis pulmones escaseando, la pregunta atorada en mi garganta.

─ Por favor, dígame que todo está bien. ─susurré, con mi voz quebrada y rasgada por la desesperación.

El doctor sonrió ligeramente, un gesto que no alcanzó a calmarme, pero que al menos pareció aliviar algo en su expresión.

─ El paciente se encuentra estable, pero aún está dormido. ─comentó, y esas palabras fueron como una ráfaga de aire fresco. Sentí que podía volver a respirar con normalidad, aunque no completamente, no hasta saber que realmente todo estaría bien.

Solté todo el aire que había estado conteniendo, una exhalación profunda, como si mi vida dependiera de ella. Mi lobo interior saltó de felicidad, como si sintiera que el peligro había pasado, que el tormento había llegado a su fin. Taerae me miró, y sus ojos brillaron con una pureza que solo los aliviados pueden reflejar. Sonrió, y yo sentí una calidez que me envolvió, un respiro en medio de la tormenta.

─ ¿Puedo verlo? ─dije, casi suplicándole al doctor, mirándolo con suma urgencia.

Mi cuerpo pedía a gritos estar con Hao, abrazarlo, sentirlo, adorar su presencia. Mi corazón no podía esperar más, pero el doctor simplemente negó con la cabeza.

─ No tengo permitido hacerlo hasta que el paciente esté consciente. ─respondió, con la misma calma que antes, como si quisiera mantener mi esperanza a raya.─ No tengo permitido hacerlo... ─repitió, pero esta vez su tono bajó, se suavizó, y con una mirada casi de complicidad, continuó.─ Pero he notado que su presencia es lo que necesitas en este momento.

Mi corazón dio otro vuelco, un suspiro de alivio se escapó de mis labios. Tenía razón, necesitaba sentirme cerca, y entonces, sin darme más espacio para dudar, el doctor me condujo a la habitación. Me detuve solo un segundo en la puerta para mirar a Taerae, quien estaba a punto de seguirme, pero el doctor lo detuvo con una mano amable sobre su hombro. No podía evitarlo, tenía que quedarme a solas con Hao. Necesitaba este momento de privacidad.

Dentro de la sala, mi mente quedó en blanco. Todo lo demás desapareció, como si el mundo entero se hubiera reducido a la figura de Hao dormido sobre la cama. Su rostro pálido bajo las luces suaves, sus labios rojos entreabiertos, esos labios que conocía tan bien, que había besado tantas veces, y que ahora, aunque estuviera dormido, me llamaban a ser tomados.

Mi respiración se aceleró, mis pasos casi arrastrándose mientras me acercaba a él. Mis dedos temblaron al rozar su piel, y una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Quería tomarlo en mis brazos, quería abrazarlo pero me detuve. Solo lo observé a mi lado, lo tenía solo para mí.

Todo mi ser anhelaba besarlo, volver a tenerlo como mío. Pero algo dentro de mí sabía que no debía apresurarme. Hao necesitaba despertar por sí mismo, aunque eso significara que la desesperación empezara a consumirme. Mi corazón latía con tal intensidad que sentía que podía despertarlo solo con mi presencia. Cada latido parecía resonar en la habitación, y me preguntaba si él podría oírlo.

Me incliné hacia él, y no pude evitar acariciar suavemente su cabello desordenado, la calidez de su piel bajo mis dedos me hizo cerrar los ojos por un segundo. "Vivo por ti" pensé, "Todo lo que soy, es por ti."

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora