𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧

𝟑𝟐

ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Las horas pasaron y luego de tanto tiempo llevando a Hao en brazos, mis piernas empezaron a temblar y mis brazos comenzaron a doler, pero no podía bajarlo por nada del mundo, no iba a hacerlo caminar sabiendo su estado actual.

Por suerte, llegamos a un pequeño estanque escondido en el bosque. Al ver el agua cristalina moviéndose con delicadeza, mi agotamiento desapareció y una sensación de paz inundó mi cuerpo por un momento.

Me dejé caer sobre la hierba junto a Hao, sintiendo el frescor de la tarde en mi rostro. Hao se acercó a beber un poco, a la par se aseguraba de no moverse mucho, pues su herida aún le dolía por más que la haya dejado en segundo plano para no sufrir más.

Él juguaba con el agua, y yo observaba la belleza del lugar. Las flores silvestres que bordeaban el estanque, las piedras suavizadas por el agua y los árboles que se reflejaban daban una imagen perfecta.

Sin embargo, nada me importaba más que Hao. Él me miraba con sus ojos brillantes y sonreía, como si supiera lo que pensaba. Mi corazón latía con fuerza, mi lobo estaba más que satisfecho al tenerlo a mi lado solo para mí; sabía que él sentía lo mismo, su lobo feliz lo delataba.

─ ¿Por qué sonríes mientras me miras? ─preguntó de pronto algo apenado, sus mejillas se apropiaron de un tono rosa que lo hacían ver más tierno de lo que ya era.

─ Ignorando el lugar y la situación en la que estamos, agradezco que seas tú quien me acompañe. ─con prisa se inmovilizó.

─ No digas esas cosas. ─no dijo más, de inmediato apartó su rostro intentando ocultar su sonrojo que se intensificaba. Solo pude reír.

─ Hao, sé que no es el lugar indicado, pero me gustaría decirte que...

─ Hanbin... ─susurró, pero yo seguí hablando.

─ ...en todo este tiempo que estuve junto a ti...

─ Hanbin. ─volvió a interrumpir.

─ ...creo que al fin entendí a mi corazón y...

─ ¡Hanbin! ¡Por favor, detente y escucha! ─soltó y puso uno de sus dedos en mis labios para evitar decir algo más.

Pero justo cuando el silencio cayó sobre nosotros como una manta y la esperanza comenzaba a marcharse, un ruido lejano y peculiar nos hizo sonreír como tontos en instantes. A lo lejos, no tanto como para tardarnos demasiado, el sonido de un auto nos hizo pensar que ya estábamos cerca a la carretera.

Tomándolo en brazos nuevamente, y con una leve sonrisa en mi rostro, me puse en marcha siguiendo el sonido, esperando encontrar lo que tanto deseábamos y poder escapar de este lugar de una buena vez.

La luz del sol se filtraba entre las hojas del árbol, creando un hermoso juego de sombras en el suelo, pero por más bello que se viera el lugar, no podía darme el lujo de admirar a detalle.

Finalmente, llegamos a la carretera vacía, donde aparentemente pasaban los autos cada milenio. A lo lejos encontramos una camioneta estacionada, en aparente estado de abandono.

Rodeamos el vehículo oxidado y polvoriento para echar un vistazo más de cerca. Los neumáticos estaban desinflados y el parabrisas rajado. A pesar de que la camioneta había visto claramente mejores días, no pude evitar sentir un poco de alivio al ver que teníamos un lugar para descansar si lo necesitábamos.

─ ¿Tú crees que funcione? ─preguntó Hao una vez que lo bajé de mis brazos para dejarlo apoyado sobre el auto.

─ Reza para que suceda. ─me metí para intentar encender la camioneta, pero esta no se movió. Lo hice varias veces, pero no parecía querer cooperar.