𝟑𝟎

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ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ𝐬𝐮𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐧𝐛𝐢𝐧ᚔᚔᚔᚔᚔᚔᚔ

Caminaba a través del espeso bosque llevando a Hao en mis brazos, tratando de encontrar algún lugar donde pudiéramos descansar. El sol comenzaría a ponerse, sabía que no podíamos quedarnos aquí sin ayuda por mucho tiempo.

Mi corazón latía con fuerza al ver al chico que llevaba en mis brazos. La herida de Hao empeoraba más con el paso de los minutos, necesitaba atención médica lo antes posible.

Mientras la luz del sol se desvanecía lentamente y el sonido del viento soplaba, daba pasos con cautela por el sendero angosto, buscando un lugar donde poder descansar y cuidar de él. No podía dejar de pensar en las posibles heridas internas que Hao podría tener, y el tiempo que nos llevaría encontrar ayuda.

El bosque estaba en silencio, solo se escuchaba el sonido de mis pasos y mi respiración pesada; pero por suerte, a medida que avanzábamos, encontramos un pequeño espacio entre unos arbustos y árboles altos que parecían lo suficientemente seguro para descansar.

Me recosté en el tronco de un árbol y dejé suavemente a Hao en el suelo, muy cerca de mí. Los árboles altos formaban un techo que ocultaba el cielo, mientras los arbustos nos rodeaban creando una especie de santuario.

Hao estaba más pálido de lo habitual y su respiración era extraña. Miré su herida, sangraba un poco. No tenía ninguna herramienta médica a mi disposición, pero sabía que no podía dejarlo morir allí mismo en el bosque, mi lobo no lo dejaría...mi corazón no lo permitiría.

Con todas mis fuerzas, corté algunas hojas suaves de los arbustos cercanos; junto a ello, le quité el costoso saco que llevaba puesto y los presioné contra su herida para evitar mayor sangrado. Hao gimió de dolor, su expresión cambió al instante, me partía el alma verlo de esa forma, pero agradecía que al menos la sangre se detuviera un poco.

A pesar del dolor que sentía en todo mi cuerpo, no podía evitar sentir un poco de alivio y, en cierto modo, una extraña tranquilidad por estar en medio de la naturaleza silenciosa. Sabía que era sumamente peligroso, pero también sabía que aquí podríamos escondernos de quién quisiera hacernos daño.

Solo pensaba en cómo habíamos llegado a este bosque misterioso, con Hao gravemente herido y sin ningún tipo de ayuda a nuestro alcance. Pensé en Jiwoong, pensé en todo lo que nos hizo en tan solo unas horas. No entendía como una persona podría ser tan rencorosa.

Me decidí a esperar hasta que Hao estuviera mejor para seguir en busca de una salida, y con suerte encontrar algún tipo de ayuda. Recostado en el árbol, con el cansancio recayendo en mi cuerpo, sintiendo el peso de la responsabilidad reposar sobre mis hombros, una suave voz me sacó de mis pensamientos, regresándome a la realidad.

─ Bin... ─soltó mirándome con ojos brillantes. De inmediato sentí mis mejillas calentarse, no sabía si era por la forma en como me llamó, o por la dulce mirada.─ Todo estará bien.

Un cálido toque en mi mano me hizo dar cuenta que él, aunque estuviera herido, aún seguía junto a mí. Sus dedos se entrelazaron con los míos, y sus ojos conectaron con mi mirada, diciendo todo lo que no podía decir con simple palabras.

Su lobo me llamaba, llamaba a su alfa. Me sentía perdido en la inmensidad de sus ojos, estaba fascinado por su aroma; lo tenía tan cerca, tan real, tan mío.

Su cabello oscuro se movía con la brisa, y cada vez que volvía a colocarlo detrás de su oreja, su cuello se hacia presente mostrando la claridad de su piel, volviéndose tentador.

Me acerqué a él sin decir nada, solo para sentir su aroma a lavanda. Sus ojos brillantes me miraron con intriga, y con un gesto suave y delicado movió su mano para apartar mi cabello de mi frente. Su toque en mi piel logró erizarme, la electricidad recorrió todo mi cuerpo.

𝐃𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑 ≓ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora