~|章23|~

759 83 9
                                    


Sí, definitivamente he estado pensando una y otra vez en ella, pero esta vez de una forma totalmente diferente a las anteriores. Esta vez no me encuentro tan urgida, sino más bien la anhelo, y la cantidad de suspiros que han abandonado mi interior realmente han sido muchos.

No estoy completamente segura, pero quiero pensar que Jisoo estuvo conmigo toda esa noche porque sentí calor a medida que pasaban las horas y jamás había dormido de esa manera; tan plácidamente y con tan grata comodidad.

──Tienes una cara de enamorada que no puedes con ella. ─no recibí un saludo por parte de Hyeri, sino más bien un comentario que me llenó de bochorno inmediatamente.

──¿Qué... ¿Qué estás diciendo? ─digo a regañadientes mientras me separo de su efusivo abrazo.

──Aún es demasiado pronto, pero sí tienes cara de me encanta esa persona o de cuando acabas de terminar un buen polvo. ─agrega Lisa riendo y Hyeri suelta una carcajada.

Mi cara está ardiendo ahora mismo.

──¿Pasó algo como eso esa noche? ─inquieré Hyeri burlona y la fulminó con la mirada.

──¡Ya basta las dos! ─les exijo enojada pero ellas no dejan de reír. ──A veces realmente las odio demasiado. ─gruño viendo hacia el techo.

──Está bien, señorita Park. Cuéntanos. ─dice Hyeri comenzando a devorar las palomitas de maíz qué reposan en el bol sobre la mesa.

Se supone que las vería en unos días en la casa del lago, pero la curiosidad y el chisme las trajo a mi casa más rápido de lo que esperé.

──De todas maneras ya lo saben. ─me dejé caer al sofá apartando la mirada. ──Ella fue hasta la parada del autobús y luego me trajo aquí. Es todo.

──Aburridooooo. ─se mofo Hyeri, y le lancé un pequeño cojín que atrapó antes de que se estrellara en su cara.

──Lo que realmente pasó fue que mi querida cuñada salió del trance en el que se encontraba, todo porque Rosie estaba en peligro. ─afirmo Lisa y mis mejillas ardieron. La confirmación en voz alta se oye aún más determinante e increíble. ──Esos idiotas iban a lastimar a Rosie. Incluso el bastardo de Milo se atrevió a levantarle la mano. ─bufo Lisa mientras le contaba a Hyeri. ──Lo que creo es que Jisoo lo sintió, dejó de lamentarse por lo que pasó en el pasado y llegó hasta allí todo por evitar que le tocaran un solo cabello a Rosie, y desde entonces no ha vuelto a aquel lugar.

Estoy tan contenta de que ella no haya vuelto al cementerio.

──Me alegro de eso, al fin alguien puso en su lugar a ese par de idiotas. ─Hyeri me miró fijamente. ──Ya está todo claro con Magreb, ¿verdad?

──Por supuesto. ─me puse de pie. ──No teníamos nada de que hablar, pero él ha insistido una y otra vez desde que iniciaron las vacaciones, y anoche fue peor porque estaba tomado. De todas formas no me interesa.

Ellas se miraron cómplices.

──Lo sabemos. ─afirma Hyeri. ──Hemos querido que termines con él desde que iniciaron esa tonta relación.

──Así es. Estoy demasiado contenta porque ya no lo voy a ver rondandote en la Universidad. ─agrega Lisa mientras aplaude. ──Además... ─levanta una ceja interrogante. ──Hay algo más que no nos has contado, ¿cierto?

Suspiré pesado y mis manos se enfriaron dolorosamente.

──No quiero estar con nadie más, es todo. Dejen de molestar de una buena vez. ─me crucé de brazos y ellas volvieron a reír.

Mi Sangre |ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora