~|章119|~

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Una nueva semana terminó, del mismo modo que mi turno y las clases de mis estudiantes.

Eso definitivamente sonó extraño.

Son chicos jóvenes, lo cuál no me deja más tranquila, porque en esas edades no hay demasiada responsabilidad y entendimiento por los mayores y los superiores, por eso, no dejan de haber comentarios que en ocasiones me descolocan y me ponen nerviosa, como hoy en la clase de artes plásticas.

No me considero experta porque no estudie bellas artes, aunque justamente en este momento también la estoy aprendiendo, a diferencia de Yujin, quién sí está directamente relacionada pero odia lidiar con adolescentes, por esa razón me eligieron a mí de entre todos los demás.

A veces mi personalidad accesible y comprensiva me juega muchas malas pasadas, aunque no odio el hecho porque es una oportunidad de aprendizaje, aunque realmente lo ideal para mí es pintar o escribir, definitivamente aquello saca lo mejor de mí y me permite estar completamente sola sumergida en mis pensamientos.

En cuanto finalizó la sesión despedí a los chicos inmediatamente porque de pronto un pitido en mi oído me dejó sin aliento.

Por suerte, pronto visitaré al doctor, seguramente ajustará mi receta o me dirá algo más porque me siento extraña.

He tenido bajones de energía muy marcados y eso me preocupa porque he seguido al pie de la letra la medicación y la dieta.

No sé cómo sentirme al respecto, porque con mi enfermedad siempre hay algo más que deben analizar, lo cuál me hace odiarlo y me deja agotada mentalmente.

──Por fin estás libre. ─Yujin chilló detrás de mí e inmediatamente me provocó un susto. ──Oye. ¿Te sientes bien? ─reposó su mano en mi hombro. ──No pensé que fueras a asustarte de está manera. Soy de lo peor.

──No te preocupes, hoy no me siento muy bien que digamos. ─respondí mientras levantaba algunos de los materiales de los distintos lugares de trabajo.

──Déjame ayudarte y luego te acompañó a casa. ─afirmó comenzando a organizar las sillas.

──¿Y tus clases? ─inquirí. ──Hoy tienes nocturna. Si vas conmigo se te hará tarde, además ya me siento un poco mejor. Supongo que tan solo fue una breve recaída. ─suspiré hondo.

──Si me ofrecí fue por algo, unnie. No intentes convencerme de nada, ya tomé una decisión. ─afirmó con seriedad. ──Iré contigo.

Debo ser tan dura como ella cuando se trata de seguir un camino y una decisión, supongo que hasta ahora lo único que me ha salido bien es haber venido a este país.

Al menos fuí capaz de hacer eso y decidirlo por mi misma.

──De verdad deseaba ir contigo y otras amigas al karaoke. ─Yujin soltó un bufido en cuanto tomó los cobertores en sus manos. ──Necesitaba esa clase de terapia luego de tanto caos universitario. Ya odio la universidad. ¿Eso es normal?

Solté una risita baja.

──Muy normal. ─confesé porque es cierto.

──Odio a la gente. ─hizo un gesto de desagrado y negué entre risas. ──Es que... ahg... hay gente tan idiota y tonta en el mundo. A veces por más que te esfuerces intentando que comprendan algo, no lo comprenden. Entonces debo guardarme todo para mí misma y no estallar públicamente por su deficiente análisis y racionamiento. Es horrible.

──Si, bueno. Es verdad, pero no por eso puedes ir por ahí insultando a las personas que no tienen el mismo nivel de entendimiento que tú. ─le dije tomando asiento frente a ella.

Mi Sangre |ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora