~|章24|~

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──Hija...

──Roseanne.

Esa es la voz de mi madre mientras golpea la puerta de mi habitación, es así que dejó de lado el placer del sueño, me siento de golpe en la cama apresurada porque descubra qué estoy durmiendo con alguien que no son mis amigas en casa y tristemente me doy cuenta de que Jisoo no está a mi lado, sin embargo, en algún momento lo estuvo porque el edredón esta algo destendido del lado derecho, por lo tanto muy emocionada e ilusionada por ello me acerco a abrirle a mi madre.

──Oh vaya, cariño otra vez dormiste sin tu pijama. ─dice preocupada en cuanto me ve tomando mi mano izquierda. ──Traes las manos heladas y muy moradas, ¿no tomaste tus medicamentos?

Lo olvide y no consumí una de mis pastillas anoche.

──No, debo ir a abastecer la receta antes de irme al lago con las chicas.

──Hija, pero si estoy viendo la caja completa del medicamento en tu mesa de noche ahora mismo, ¿tienes fiebre? ─lleva su mano a mi frente de inmediato, y mi mirada se clava en mi mesa de noche donde reposa una caja nueva de mi medicamento. ──¿Te sientes mal?

¿Qué?

──¿Q... ¿Qué te paso aquí? ─ella toma mi muñeca derecha con suavidad. Aquella que agarró Magreb con fuerza hace unos días en la cafetería. Mi madre no lo había notado porque lo había ocultado.

──No es nada mamá, es un pequeño golpe nada más. ─aparté mi mano de su agarre con delicadeza.

Soy excesivamente delicada y cualquier cosa deja marca en mi piel por días. Su mirada es triste y de preocupación total. He sido descuidada y seguramente su mente no dejara de pensar en ello una y otra vez.

──Mamá, no te preocupes. Ya sabés que soy muy delicada. Estoy perfectamente bien. ─decidí cambiar la conversación. ──¿Ya te vas?

──Sí cariño. Te deje algo de dinero sobre el mesón de la cocina para que tomes un Uber está noche. Tengo que cubrir el turno de una compañera hoy y no podré ir por ti. ─dice baja.

──Está bien, todo saldrá bien, muchas gracias mamá. ─la abrace de inmediato con fuerza, porque realmente desearía que no tuviera que trabajar tanto. ──Te quiero mucho.

──Yo también te quiero, hija. ─se separa del abrazo, frota mi mejilla y luego comienza su descenso por las escaleras para irse.

Lo primero que hice en cuanto perdí de vista a mi madre, fue darme la vuelta con el fin de cerciorarme sobre esas medicinas qué lucen recién compradas sobre mi mesa de noche. Es así que me acerque a tomarlas a paso veloz, tome la pequeña caja, la abrí y entonces me di cuenta que efectivamente son las que consumo, así que ingerí una al acto y de pronto frente a mi aparecio Jisoo luciendo malditamente linda mientras me ofrece un vaso de agua. Ella no dice nada, y tan solo me mira fijamente. Todo de mi se estremece por el shock al verla frente a mi una vez más, tan cerca. Tomé el vaso temblando con las mejillas hirviendo y luego le di un pequeño sorbo con sus ojos puestos en mí. Jisoo luce una chaqueta negra de cuero qué estoy segura que tomo de la pila de ropa que ahora poseo de ella y que mis amigas hurtaron de su habitación, una camisa color blanca, unos jeans oscuros y unas botas negras. Conozco cada detalle de esa chaqueta porque fue mi abrigo de lágrimas algunas noches. Soy vergüenza de pies a cabeza porque estoy segura de qué ya se dio cuenta de lo que hice, pero como siempre ella no dice nada y el calor que emana su cuerpo es enorme. Sus ojos recorren mi cuerpo sin descaro como siempre y finalizan en mi muñeca, entonces veo como surge esa mirada enfadada de nuevo, no obstante, en cuanto dejo el vaso a un lado ella se relaja y toma mi mano lastimada con la mayor delicadeza y cuidado entre las suyas, proporcionándome su calor. Nuestras pieles tocandose y rozandose son las sensaciones de mayor calma y posesividad qué he llegado a sentir hasta ahora, así que observó todo en cámara lenta.

Mi Sangre |ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora