Jisoo sigue la línea de mis caderas con sus manos trazando la forma de mi cuerpo mientras entra y sale de mi interior con erotismo. Han pasado cuatro días en los que no hemos abandonado estas paredes o está cama destrozada, sobre todo horas en las que no nos hemos quitado las manos de encima mutuamente, por lo que he conocido y visto facetas de mi novia completamente obsesivas y celosas por mí, así como también he visto su deseo y el desespero al intentar controlar sus toques delicados. Definitivamente me he sentido amada, deseada y cuidada, pero también insegura sobre muchas cosas...
──Ah, Jisoo...mmm. ─siento un orgasmo fuerte volver a abandonar mi interior.
──Que bonita eres. ─sonrie acostándose a mi lado. ──Roseanne. ─comienza a dejarme varios piquitos sobre el hombro mientras que su mano derecha frota mis pechos ligeramente.
──Mi amor, no puedo más. ─susurro dirigiendo mi mirada al amuleto. ──Ya agrietamos la roca y de verdad estoy muy cansada. ─su carita refleja pura decepción. ──No me mires así, cachorrita. ─la tomó por las mejillas mientras suspiro rápido. ──Lo hemos hecho sin descansó días enteros, ya hay que parar y volver al mundo real. ─no puedo evitar reír. ──También debo volver a estudiar.
──Mgh. ─gruñe mirando el techo.
Estoy complacida porque no solo me ha dicho que le gusto mucho, sino que también me lo ha demostrado.
──Amor. ─digo con voz dulce y su mano libre acaricia mi espalda. ──También debo ir a ver a la matriarca Teresa y pedirle a las descendientes su ayuda con el amuleto una vez más. ─suspiro, entonces ella me toma en sus brazos hasta que consigue que mi cuerpo descanse encima del suyo.
──Bien. ─consiente mi cabello. ──Estaba emocionada.
──¿Por qué?
──Porque finalmente estuvimos juntas de esta manera tan íntima.
──Yo también, no te imaginas cuánto. ─le sonrió tonta. ──Tan solo que tú habitación resultó muy destrozada en el proceso, en verdad tienes mucha fuerza. ─afirme riendo.
──Lo reparare luego. ─dice plana. ──Solo importas tú.
──Oww, no me enamores más por favor. ─le dejó un piquito esquinero.
──¿Quieres que ir a bañarte primero?
──Eh, no creo poder en este momento. ─le digo con algo de timidez, entonces ella me mira expectante. ──Es que... no siento las piernas. ─entonces la escucho reír bajito. ──¡Jisoo, no te rías! ─la regaño.
──No me río. ─se detiene. ──Yo te bañare, mi pequeña luna. ─me deja un besito delicado en la frente. ──No debes preocuparte por nada cuando me tienes a mí. ─rie una vez más.
Tonta, no hace salvo hacer que me avergüence por su coquetería.
Mis mejillas arden al ver su cautivadora sonrisa aparecer, ciertamente es hermosa de pies a cabeza y su personalidad me tiene totalmente embelesada. Unos minutos después pasaron y Jichu cumplió su palabra; me llevo a la bañera y me ayudó a bañarme, incluso masajeó mi cabello con delicadeza luego de aplicarme shampoo. Luego vino la hora de vestirme y fue difícil que sus manos no me tocaran por allí y por allá de forma sugerente, lo que me hizo reír mucho, pero sobre todo me emocionó el corazón, me lleno de dulzura. Después me recostó en el sofa frente a su ventana y me arropó con una manta suave, así que me quedé viendo el jardín mientras la lluvia caía y terminé cerrando los ojos por un rato, cuando desperté me encontré mucho más enérgica y menos adolorida, sobre todo la vi a ella tomando mi ropa y acomodandola en su closet, diría que pude controlar mis lágrimas pero no fue así, mucho menos luego de notar que la roca del amuleto estaba como nueva.
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Mi Sangre |Chaesoo
FantasyNo todo lo que piensas que es real, realmente lo es. Lo inimaginable a veces es lo más imaginable y aquello que te hace sentir un pálpito de calor en el corazón es el comienzo del verdadero significado de tú vida. Date la oportunidad de ver más allá...