~|章92|~

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──Vamos despacio. Con cuidado. ─le pidió la doctora a mamá en cuanto procedían a acomodarle el yeso de la mano. ──Así está perfecto. Enfermera, por favor, acérquele un poco de agua a la paciente.

Tal cual lo pidió una enfermera le acercó un vaso de agua a mi madre, que inmediatamente le ayude a beber lentamente.

──¿Cómo se siente? ─le preguntó la doctora.

──Mucho mejor. ─contestó mamá en cuanto bebió un trago. ──¿Cuál es mi diagnóstico, doctora?

Ante su pregunta la doctora sonrió con gracia.

──Me he enterado de que es una colega de profesión de la enfermera Williams. ─comentó con ánimo mientras observaba a la enferma presente asentir. ──Tan solo un par de fracturas y pequeños golpes que sanaran pronto. Nada grave.

──¿De verdad? ─preguntó mi madre con desconcierto. ──El golpe fue muy grave. Choqué contra un árbol y también... ─la vi lucir muy confundida.

──Así es, pero el sistema de emergencia del auto funcionó muy bien y el accidente no paso a mayores. Realmente tuvo mucha suerte. ─afirmó la doctora con calma, lo cual no dejo menos tranquila a mi madre.

──¿Qué le pasó a mi compañero? En ese momento iba con alguien más. ─cerró sus ojos por un momento mientras negaba con su cabeza. ──Brennon chocó contra la ventana y salió del auto despedido.

──Eso es cierto. El señor Brennon Hatman también fue llevado de urgencias a otro hospital y ahora mismo continúa siendo atendido allá. ─al oírla inmediatamente supe que ella era amiga de Jisoo o algo parecido. ──Él ya se encuentra fuera de peligro. En ocasiones los milagros ocurren realmente, ya sabe cómo es esto. ─se encogió de hombros.

──Oh, gracias al cielo. ─mi madre suspiró aliviada.

──Recuerde que debe descansar y dejar las preocupaciones a un lado, recién acaba de despertar. ─la doctora se cruzó de brazos con ánimo. ──Usted conoce muy bien los protocolos. Por favor no vaya a ser una mala paciente, señora Park. ─le guiñó un ojo, a lo que mamá asintió. ──Bien, me retiro. Volveremos a verla en un rato. Si todo va bien, podrá irse a casa mañana temprano.

──Gracias, doctora. ─le dije mientras le acariciaba el cabello a mi madre. ──Estoy muy contenta ahora mismo. ─sonreí mientras veía el rostro alegre de mi madre.

──Oh, hija. ─ella me miró con los ojos llorosos. ──Ya no llores, por favor. Ven, recuestate conmigo. ─al momento y, con mucha delicadeza me acosté a su lado mientras la abrazaba. ──¿Y esta habitación? ─susurró mi madre. ──Es demasiado lujosa. Ha de ser muy costosa. ¿Cómo es que ésto sucedió? No podemos costearlo.

──La tia de Jisoo es la dueña del hospital. ─al oírme mi mamá abrió los ojos a totalidad.

Su reacción es natural, porque hasta ahora no le he contado nada acerca de mi novia o de su familia. Lo último que le dije, fue que Jisoo estaba de viaje con su hermana y fue todo.

──No te preocupes por nada, mami. Tan solo descansa. ─afirmé mientras le acomodaba la sábana sobre el pecho.

Entonces el silencio en la habitación fue desgarrador e incómodo; Jisoo permanecía en la puerta, todavía a la distancia, mis amigas estaban a punto de carcajear y la señora Manoban levantó sus cejas de forma acusadora mientras me miraba.

──Mami... ─me puse de pie al instante mientras me dirigía a tomar de la mano a Jichu. ──Ella es Jisoo, mi novia.

Al decirlo mi rostro ardió hasta Júpiter, sobre todo por lo tensionada que se encontraba Jisoo por mi agarré. No obstante, en cuanto apreté su mano, ella levantó la mirada y comenzó a caminar a paso lento hacia mi madre como un imán.

Mi Sangre |ChaesooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora