Pov: 3 per.
Luego de que las lunas abandonaran a las mellizas, varios portales se abrieron, en dónde las primeras en irse fueron las ancianas, los heridos y los niños, aquellos que no podían pelear.
Por otro lado, los demás se prepararon portando sus vestimentas de guerra, listos para la futura batalla, la cual sería la última en la cual serían partícipes según sus intenciones y deseos más fuertes en busca de una paz palpable y duradera.
Las alfas puras se prepararon al igual que los demás mientras le daban una mirada melancólica a su hogar, imaginándose volver a tener la oportunidad de frecuentarlo junto a sus lunas y poder brindarles una relación sana, en calma y rodeada de buena convivencia, llena de amor y de reciprocidad tanto como sus menores lo deseaban.
Las omegas se despidieron de sus parejas y tal cual les pidieron las mellizas, tan sólo algunas quienes a su libertad quisieran acompañarlas, lo harían, por lo mismo, serían responsables de proteger en su ausencia a los más débiles.
Sophie con una tristeza marcada en su corazón de esposa y futura madre, se despedía de Howl entre suspiros y besos, anhelante de que pronto volvieran a encontrarse como familia y lograr llenar de amor a su naciente cachorro.
En cuanto a las matriarcas, tan solo aquellas pertenecientes a los clanes y manadas serían las únicas que marcharían junto a los demás, por ende, aquellas mujeres que se quedarían le prestaron todo su poder a voluntad a las que estarían al frente de la batalla, despojando a totalidad de sus dones a las demás, permitiéndoles ser completamente humanas una vez más, entre ellas Nicola Manoban que le brindó como préstamo hasta la última instancia de su poder a sus hermanas.
──Por favor, ya cálmate, cariño. ─le pedía Tzuyu a Jihyo mientras la llevaba cargada en su hombro derecho, a lo que la última se cruzó de brazos sobre la espalda de la más alta. ──De verdad estabas muy fuera de sí allí atrás, y tan molesta que pensé que me ibas a atacar a mí también. ─la más alta soltó una risita baja. ──Definitivamente eso debió dolerle como el demonio a ese impertinente.
──Jamás te haría algo malo a ti, amor. No vuelvas a pensar en eso, ¿si? Lo lamento, me dejé llevar. ─le dijo entre suspiros, a lo que Tzuyu respondió dándole una nalgada como pequeña reprimenda. ──¡Oye! ─la menor soltó un quejido.
──Se más obediente entonces. ─afirmó la más pálida mientras la bajaba de su hombro. ──¿Si? ─inquirió gomosa, a lo que Jihyo no hizo más que sonrojarse al observar esa dulce mirada por parte de su mayor.
──No me mires de esa manera tan profunda, por favor. ─hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos a lo que Tzuyu le sonrió preciosamente. ──Ahora dime, ¿por qué me trajiste aquí tan de repente? ─le preguntó Jihyo con desconcierto al ver que su mayor la había dejado frente a la puerta de la oficina de la matriarca Teresa. ──¿Estoy en problemas?
No obstante, antes de que Tzuyu pudiera tomarse un momento y responderle, la puerta de la habitación se abrió a causa de los dones de la matriarca, permitiéndole ver a la pareja a todas las matriarcas del clan Kim Krijane allí reunidas junto a Genevieve, lo cual desconcertó totalmente a la pareja.
──Fui yo quien le pidió a Tzuyu que te trajera con nosotras, Jihyo. ─respondió la matriarca Teresa con calidez, ocasionando que la pequeña bruja tomara la mano de su novia a causa de los nervios de tan representativos ojos puestos en ella. ──Pasen, por favor. Pasen... ─les pidió con cordialidad. ──Espero que no te moleste que te hayamos hecho venir tan de repente y sin ninguna explicación al respecto.
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Mi Sangre |Chaesoo
FantasyNo todo lo que piensas que es real, realmente lo es. Lo inimaginable a veces es lo más imaginable y aquello que te hace sentir un pálpito de calor en el corazón es el comienzo del verdadero significado de tú vida. Date la oportunidad de ver más allá...