MI USO

Cap 18 Déjame quererte

-Si, si iremos.- Tom me miraba serio, no le había dejado terminar de hablar, porque sabría que diría que mejor se quedaría aquí en las vacaciones de navidad.

-Perfecto, solo me faltaba comprar vuestros billetes de avión.- dijo Merlí, que estaba dentro de una página de una compañía de aviones.

Mamá estaba en el sofá con las niñas, les estaba haciendo un peinado bastante cuqui a las dos.

-Y bien chicos, decirme, ¿tenéis novia?- preguntó mi tía Marian mientras se servía una copa de vino.

Me quedé callado y nos segundos.

-Bill tiene novia, vive en otra ciudad. Podríamos invitarla alguna vez.- contestó mi madre con el pelo de Heidi en las manos.

Tom miró hacia otro lado, con la mirada perdida.

-Emm, si.- no sabía que decir, me reí un poco nervioso, Merlí me miraba desde su lugar muy interesado.

-¿Y tú Tom?- fue Merlí el que preguntó.

Tom quitó la mirada perdida, y deslizó suavemente los ojos hasta posicionarlos en él.

-Tengo cosas.- lo dijo serio sin emociones.

-¡Yo soy su novia!- dino Heidi.

-¡Y yo la de Bill!

Todos reímos con las respuestas de las niñas, parece que les agradábamos.

Marian se tragó el culo de la botella de vino. -Cariño se ha acabado, puedes ir a por otra?- Marian le enseñaba a Merlí la botella de vino vacía.

-Ah sí, tengo una muy buena en el sótano. ¿Me acompañas Bill?- preguntaba Merlí, que ya estaba de pie esperando mi respuesta.

-Ah claro que sí.- me levanté de mi silla.

-¡No!- todos miramos escandalizados a Tom, por semejante respuesta, y por el alto grado de volumen con el que lo dijo.- eh, quiero decir, voy yo.

Tom me agarró de los hombros y me sentó de nuevo en esa silla acolchada.

. . .

-¡He aprobado!- le enseñé el papel amarillo a Tom que indicaba que mis asignaturas estaba aprobadas.

Era el último día de instituto antes de las vacaciones de navidad.
Durante estos últimos días, había tenido muy buena conexión con Tom, estaba calmado, la ira que conocía cuando llegué era menor, o por lo menos por ahora.

Tom y yo no habíamos hecho nada más desde aquel día, solo pequeños momentos en los que acabábamos besándonos como animales. Tampoco habíamos peleado mucho.

-¿Dudabas acaso que fueras a aprobar?- Tom miraba su papel amarillo.

-Déjame ver las tuyas.- Tom levantó su papel para que no lo agarrara.

-Ni de broma.

-¡Vamos! Coño que aburrido.- me volví a incorporar en mi asiento.

Me indigné, y empecé a hacer caritas para que él las viera. Tom suspiró con su sonrisa curvada.- En fin, vale pero no te puedes burlar.

Me pasó de sus manos el papel, lo agarré y lo miré. -¿Es enserio Tom?

Sus calificaciones no era espléndidas, tenia bastantes suspensos y unos cuantos aprobados con cincos pero me llamó la atención una.

-Castellano ¿Nueve y medio?- yo en esa tenía un cinco y medio.

-Mmm si, pues lo que pone ahí niño.- me señaló con la palma de la mano el papel.