Cap 8 Relajete pequeño niño

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By Tom
Estabamos en el baño de aquel lujoso restaurante, Bill me intentaba poner furioso.
-Vale yo me lancé y te puse encima mío. Pero debes admitir que te gustó.- la cara seria de Bill.
-No me gustó, es más, no lo vuelvas a hacer, sé que todo esto es solo para hacerme daño.
Me pegué a él y le agarré de la barbilla muy bruscamente- Entonces dímelo a la cara, dime que no te gustó, pero debes saber que sé que estarás mintiendo.- me encantaba tener a Bill.
Bill solo me miraba sin decir nada, yo reí un poco, porque su silencio me hizo intuir que no diría que no le gustó.

Le solté la barbilla, estaba claro que si no hacía nada yo él tampoco haría nada.

Me di la vuelta, pero cuando ya estaba agarrando el pomo de la puerta para salir de aquel oscuro pero aún así elegante lugar, escuché un pequeño suspiro de Bill, eso me puso como una moto...
Solté aquel pomo y fui directo a Bill, muy rápido. Lo agarré de aquella camisa prieta negra y lo empujé adentro de uno de los servicios.
Apoyaba mi espalda en la puerta, y me lancé a Bill muy fuerte muy bruscamente, Bill me miraba con los ojos como platos, yo a él le miraba con sed, con ganas de probar algo nuevo.

Esta vez nos correspondimos mutuamente con un beso muy fuerte, apasionado.
Nuestras lenguas se llevaban bastante bien y hacían muy buena combinación, jugaban a dentro de ambas bocas nuestras, joder que sensación tan rara pero putamente sexy.

Nos besábamos muy fuerte, aveces hacíamos pequeñas pausas y distancias de nuestras lenguas por falta de aire, pero otra vez íbamos a la marcha.

Le puse el dedo índice en los labios, indicando silencio, y con la otra puse el cerrojo de aquel servicio, y volví al ataque. Eran besos largos y muy húmedos, también besos muy agresivos. Me sorprendía lo bien que besaba Bill...

De repente, Bill me puso la mano derecha en mi boca para decir algo.
-¿Por qué haces esto conmigo ahora si siempre me has tenido asco a mi y a la gente que hace estas cosas?

*Flashback*
Cuando salí del baño de mi propia casa, después de haber hecho eso con Bill, me dio una rayada mental.
¿Qué demonios había hecho yo?
¿Porqué lo había hecho?
¿Yo no odiaba a Bill?
¿Porqué entonces lo había visto tan atractivo?
¿Yo no odiaba a los maricas?

Pensé en aquella apuesta para intentar responderme todas las preguntas y no emparanoyarme más, darlo por caso resuelto.

Pero no, lo que había hecho hace algunas horas con Bill era verdad, real. Me había gustado y lo veía bastante atractivo y tierno a mis pies, suplicando.

Abrí el cajón de mi escritorio y saqué una bolsita que contenía en ella unas hojas verdes, en efecto, marihuana.
Me prendí uno, debía pensar, o quizás dejar de pensar en esa mierda y olvidarlo.

Pero no, no podía dejar de pensar en eso y olvidarlo sin más, lo había hecho y lo hecho, hecho está. Mamá siempre decía que era muy lanzado y que hacía las cosas sin pensar, y la verdad es que tenia razón.

Mamá también solía decir cuando era pequeño, que era egoísta, pero yo seguía siendo yo así que si, yo soy egoísta, y si quiero algo, lo conseguiré y será mío cueste o que cueste, aunque a lo mejor luego no lo quisiera y lo dejara de usar, así que decidí qué conseguiría a Bill, iba a ser mío, iba a ser dicho objeto de mi uso...

-¿Porqué haces esto conmigo ahora si siempre me has tenido asco a mi y a la gente que hace estas cosas?

La pregunta resonaba en mi mente, pero yo solo podía pensar en Bill, en el pequeño niño que tenía delante, con esos labios rojizos a causa de mis bruscos besos de hacia segundos...

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