Cap 63 Soledad sonora

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By Tom

-¡Que te den!- me gritó, señalándome con el dedo y después de eso, cerró la puerta de un portazo y me dejó ahí, solo. Casi pude escuchar sus delicados pasos por el pasillo exterior, alejándose de la habitación en la que yo estaba.

Bill era... no, lo que teníamos era muy, complicado. Más por que yo no podía explicarle las circunstancias.

Miré a los alrededores, pasmado y pensativo. Finalmente me di la vuelta, sin saber qué hacer ahora, mi vista se depositó en la ventana de la habitación, una sonrisilla tonta se dibujó en mi cara y anduve hacia la ventana.
En ella estaban reflejadas las palmas de las manos de Bill, en el momento en el que ambos estábamos siendo uno del otro, ese momento que a ambos nos encantaba, yo lo adoraba pero sabía que no era bueno para ninguno de los dos, yo por ser un imbécil idiota que no sabe alejarse de él, y él por ser otro idiota que no puede alejarse de mí. ¡Maldita sea!

Las miré y la sonrisilla en mi cara no desvanecía, alcé una de mis manos y la puse encima del pequeño dibujo de la suya. Eran más o menos del mismo tamaño, solo que sus dedos eran algo más finos y delicados, él era precioso. Pero un cabezota.

De repente, el sonido de una notificación en mi teléfono resonó en esa habitación. Despegué la palma de mi mano y la metí en el bolsillo de mis pantalones, buscando mi teléfono.

Me metí a mis mensajes, vi los incontables mensajes sin leer de... de Merlí. Llevaba ignorándole una o dos semanas quizás, y no sabía hasta qué punto eso podría ser peligroso para mí, o para Bill, pero le dejé claro de alguna manera que no quería saber nada de él, que ya había roto con él... Bill ya no podría correr ningún peligro. ¿No?

Volvió a llegarme otro mensaje como el anterior, los cuales aún no había visto. Fruncí el ceño al ver dos mensajes de un número desconocido, me pensé si entrar al chat o no, pero finalmente salí, seguramente sería alguien que quisiese pillar hierba o cualquier mierda de esas. Lancé el teléfono a la cama y me levanté de ella, anduve hacia la ventana de nuevo, y miré a través de ella.

Por alguna extraña razón, miraba las palmas de las manos de Bill y en mi cabeza aparecían una imágenes, las imágenes de esa misma escena hacía algunos minutos. Todo tan perfecto... su olor cuando había dejado caer mi rostro en su cuello, en su pelo con olor a shampoo de marca cara, el olor de su piel, del jabón que utilizaba, más la mezcla de su mismo olor corporal. El tacto del roce de mis dedos contra su piel, podía notar a la perfección como se le erizaba el  escaso bello de su cuerpo, podía verle, dispuesto a mi, disfrutando de cada roce de mis dedos, de cada caricia, podía notar mi lengua profanando en su boca y buscando más y más profundo, queriendo llegar a más. Escuchaba el sonido de la hebilla de mi cinturón.

Y ahora era otra cosa lo que podía notar...

Me desabroché con efusividad los pantalones, con agonía, me apretaban demasiado y me sentía en la necesidad de liberar, un cosquilleó recorrió todo mi cuerpo y me dio un chute de electricidad al ver mi entrepierna tan dura como un diamante.

Mi pecho comenzó a subir y a bajar, alterado... no estaba para nada agusto, y no sabía cuánto más podría aguantar así, sin actuar.

Cerré los ojos con fuerza, quería que mi dura polla se calmara, ambos nos habíamos dejado claro que nada más pasaría, él estaba harto de mí y yo me estaba hartando de todo también, pero sigo muy confundido...
De repente, mi mente fue invadida por unas imágenes, preciosas...

¡Fuera, fuera de mi cabeza! Me dije a mí mismo, apretando los ojos.

Él botaba encima de mí, me montaba. Lo hacía despacio, esos pasos los intercalaba con suaves movimientos de su cadera encima de mi, dándose el máximo placer posible, y como eso le daba placer a él, a mí me daba el doble... subí mi mano lentamente desde su entrepierna, tocándole todo el pecho con la palma de mi mano extendida, se para en su pectoral y se dirige hasta su pezon izquierdo, primero paso mis dedos delicadamente, pero en cuanto escucho uno de sus suaves gemidos, mis dedos lo aprietan con saña...

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