Cap 67 Where are you?

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Estaba en mi oficina, leyendo papeleo, viendo las portadas de nuevas revistas en las que había colaborado.
El teléfono vibró encima de la mesa, mi fondo de pantalla con Bill se reflejaba, pero no era un mensaje suyo la causa.

Tocaron a la puerta de mi oficina, las paredes eran unas cristaleras transparentes pero que su textura llegaba a hacer que el exterior se distorsionara, haciendo que haya privacidad tanto como en el interior y en el exterior.

-¿Si?- dije, dando paso a que la persona entrara.

-Jefe.- dijo uno de mis ayudantes.- Hay alguien que quiere hablar contigo.

-¿Quieres dejarme hablar con él, tío?- me sorprendí al reconocer esa voz de inmediato.

Mi ayudante rodó los ojos y yo asentí con la cabeza, entusiasta.
Él se marchó.

-Que lo conozco mejor que tú eh.- le dijo a mi ayudante cuando dio la espalda. Seguido a ello, depositó su mirada en mi, me levanté de la silla de inmediato. Lo observé medio catatónico por varios segundos, me fijé en él, en su figura alta y delgada, en su pelo bonito y oscuro y en su rostro, que me llamó la atención que no llevara ni una sola gota de maquillaje alrededor de sus ojos, en cambio, era la rojez en la piel alrededor de ellos, además de estar rojos de por sí.- Hola Bruno.- me dijo de manera calmada y me propinó una sonrisa sigilosa.

. . .

-Lo siento, yo no quería avergonzarla. No lo sabía.- admití.

-Ya está, no pasa nada.- la incomodidad era la suficiente, quería hablarle sobre el tema de Tom y no sabía cómo hacerlo.

-Quiero que sepas que...- él me miró en silencio, alzó la ceja en la que llevaba incrustado ese característico piercing. Suspiré.- Nada va a hacer que cambie mi punto de vista hacia ti, ni siquiera esto. No quiero que.

-Bruno, déjalo.

-No quiero que te sientas avergonzado o algo así, quiero decir, al fin y al cabo somos humanos y... te quiero y.

-Déjalo, por favor...- hice caso a su súplica y cerré la boca. -¿Me harás ese favor?- me preguntó él.

-Bill me pones entre la espada y la pared. No me cae bien y lo sabes, es estúpido.

-Se que es abusar de tu confianza, pero...

-No sé cómo lo haría, además tú has faltado demasiado, no te hecho las cosas en cara pero entiéndeme, me estaría vacilando todo el día y... no lo soportaría Bill. ¡Ahora me necesita pues yo no voy a darle mi ayuda!

-Él no sabe que estoy aquí, he venido por mi cuenta. De hecho lo más seguro es que él tampoco quiera.

-¿Entonces?

Bill se mordió un poco el labio y desvió la mirada de la mía, seguramente dolido por lo que estaba apunto de decir.

-Va a ser padre, lo sabes.- me dijo con frialdad.

Esa afirmación me dolería hasta a mí.
-¿Por qué te importa tanto después de todo? Va a ser padre y sin ti...- Creo que me pasé, que lo que le dije no estuvo bien.
Subí mi cabeza y suspiré, cuando volví a bajarla vi a Bill mirando serio hacia un lado, apoyé mis manos en su cintura.- Quiero decir... a mi me dolería que fueras padre con alguien más.

-¿Acaso no sabéis que no puedo daros un bebé?- preguntó con una risilla. Sonreí.

-¿Acaso Tom te ha pedido un hijo?

Sonrió y miró a la nada.- No.- de nuevo sus ojos descendían con la sonrisa, se volvían a poner serios.- No lo sé.

Acaricié su cintura con mis manos, agarrando entre mis dedos su camiseta ajustada y atrayéndolo hasta mi, quedando muy cerca.

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