Jungkook se apoyó en el marco de su ventana, observando cómo la lluvia revitalizaba la ciudad. Cada gota que caía parecía lavar sus pensamientos y aliviar sus inquietudes. Aunque el clima le parecía excepcional, no podía evitar que su mente volviera una y otra vez al casi beso que había compartido con Jimin. Su corazón latía con fuerza, reviviendo las emociones del primer encuentro de sus labios, dulces como la miel.
Era una sensación embriagadora que le dejaba ansioso por más. Pero la incertidumbre lo atormentaba: ¿Jimin quería que su relación avanzara rápidamente o prefería que las cosas tomaran su tiempo? La duda le quemaba, y aunque sentía una urgencia interna, sabía que no debía precipitarse. Tenía que mantener la calma y dejar que las cosas fluyeran, en lugar de dejarse llevar por los intensos sentimientos que habían estado acumulándose a lo largo de vidas pasadas.
Un suspiro escapó de sus labios, y como si su mera presencia pudiera sentirse, Jungkook notó la cercanía de alguien detrás de él. Se volvió, encontrando a Yoongi acercándose. El demonio de cabellos plateados posó una mano en su hombro, atrayendo su atención con una mirada cómplice.
—¿En qué tanto piensas? —preguntó Yoongi, con una curiosidad que no buscaba invadir, sino comprender.
Jungkook sonrió de lado, sus pensamientos no eran ningún secreto para su hermano mayor.
—Pienso en él —respondió sin titubear, sus ojos avellana brillando con una mezcla de emoción y nostalgia.
Yoongi asintió, entendiendo la importancia que tenía Jimin en la vida de Jungkook. Con un gesto amigable, el demonio se acercó un poco más y colocó una mano en el hombro del castaño. El contacto fraternal los unía de una manera única.
—Te noto más alegre que cuando me fui, ¿sucedió algo? —preguntó Yoongi con una pizca de curiosidad, pero también con una pizca de preocupación oculta.
Jungkook dejó escapar una risa suave, compartiendo su felicidad con su hermano.
—Sí, algo sucedió —respondió Jungkook con una sonrisa radiante. —Y aunque no sé cómo avanzar, siento que estoy en el camino correcto. Solo... no quiero apresurarme. No esta vez.
El hermano mayor de Jungkook asintió con comprensión mientras escuchaba atentamente las palabras de su joven hermano. Él sabía cuán profundos y complicados podían ser los lazos entre los humanos y los seres sobrenaturales, especialmente cuando se trataba de algo tan intenso como el amor. Yoongi apreciaba la sinceridad y la cautela en las palabras de Jungkook, reconociendo que había madurado a lo largo de los siglos.
—Es sabio no apresurarse, Jungkook —respondió Yoongi con voz suave. —El amor es un sentimiento complejo, y es importante asegurarse de que ambos estén listos para dar el siguiente paso.
Jungkook asintió, agradecido por las palabras de su hermano. Sabía que podía confiar en él para obtener consejos y orientación. Pero había una pregunta que ardía en su mente, una que no podía evitar formular.
—¿Tú... alguna vez has sentido algo así, Yoongi? —preguntó Jungkook con curiosidad, sus ojos avellana buscando los de su hermano.
Yoongi pareció reflexionar por un momento, suspirando mientras recordaba sus propias experiencias a lo largo de su existencia.
—Sí, lo he sentido —confesó Yoongi con un tono melancólico en su voz. —Pero el tiempo y las circunstancias a veces hacen que las elecciones sean difíciles. Las responsabilidades que llevamos pueden influir en nuestras decisiones.
Jungkook asintió con empatía, comprendiendo la carga que su hermano también llevaba. Pero había algo más que le inquietaba.
—¿Alguna vez... has sentido celos, Yoongi? —preguntó Jungkook tímidamente, una sombra de inseguridad en su mirada.
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Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민
FanfictionDonde JiMin es el ángel de bondad, siendo una criatura muy curiosa, decide bajar hacia el mundo de los humanos para observar de cerca su extrañas danzas. Se topa con el demonio de la lujuria, lo que solo provoca que entre ambos una conexión crezca...