Las voces a su alrededor se vuelven lejanas. A sus ojos se les hace imposible poder enfocar algo en concreto, lo único que puede ver es el rostro de Jimin allí, sin vida, pero sus ojos verdosos lo miran, como si en silencio le dijera que debió ser más rápido.
Que nuevamente por su culpa, está otra vez muerto.
Suelta un sollozo y seguido de ello, lágrimas y lamentos que desgarran su garganta. Toma el cuerpo sin vida de su amante y lo acuna contra su pecho, balanceándose con él encima, tratando de calmar el dolor que alberga todo su pecho.
Escucha como los pasos llegan hacia ellos, las miradas están puestas en ellos dos. Pero realmente a Jungkook no le importa.
Creyó que ya no volvería a vivir un escenario como ese. Creyó que todo estaría bien después de liberar sus almas, pero, ¿algo salió mal? ¿Se saltó algún paso? ¡Es una mierda completa!
Ay, Jungkook...
—¡Jungkook! —el pitido de sus oídos se reduce, y hace que pueda prestar atención. A su lado, arrodillada está Jessi, que trata de tomar su antebrazo para decirle en silencio que suelte el cuerpo sin vida—. Suéltalo...
El castaño se niega entre lágrimas, pegando aún más el cuerpo de su amado ángel a su pecho, ensuciando a su paso aquella camisa azul oscuro que tanto se había esmerado en arreglar minutos antes para salir a comer con su novio.
—Suéltalo... Necesitamos intentar reanimarlo.
—Eso... ¿Podrías en verdad? —pregunta en un tono de voz realmente bajo y áspero, tiene la boca reseca y le arde por los gritos que había dejado sacar segundos antes.
La morena asiente, es entonces que Jungkook suelta el cuerpo de su rubio, dejándolo en el piso y dejando que Jessica se posicione sobre él, comenzando una ronda de RCP. Estando arrollado allí, puede ver el esfuerzo de la chica, quién no quiere rendirse. A lo lejos escucha gente que viene de prisa, es entonces cuando ve a Hyunjin correr hacia ellos con desfibriladores que rápidamente son puestos en el pecho de su chico. Uno, dos, tres choques eléctricos, nada aún.
La ansiedad lo comienza a desesperar. Su respiración comienza a acelerarse nuevamente. Si su ángel no despierta... Ya sabe lo que tiene que hacer.
Suicidarse una vez más para poder nacer de nuevo y volver a ver a su chico.
Es el único pensamiento que se le cruza por la mente en aquel momento.
Afuera desde la ventana del hospital, sin que nadie pueda verlos, Seokjin está sentado en una de las ramas de un árbol que decora los alrededores del hospital, siendo acompañado por Yoongi, quién no puede evitar ver todo con pesar.
—¿Debe pasar de nuevo? ¿Sobre todo por su esfuerzo? —pregunta el ángel, ganándose como respuesta del demonio, un suspiro cansino.
Ninguno de los dos sabe porqué volvió a ocurrir aquello. Probablemente sea un evento canónico en todas sus vidas. Incluso sin una maldición impuesta.
—Podríamos interferir un poco...
—¿Es en serio? —el chico de cabello ceniza mira al ángel, quién también le mira de forma sorprendida—. ¿No es regla para nosotros no interferir en la vida personal de las personas?
—Bueno... Es cierto, pero —el pálido sonríe, ganándose una mirada extraña de Seokjin—. Te recuerdo que el nuevo líder del Inframundo, soy yo.
El chico de alas blancas comprende enseguida el punto del demonio. Asiente a lo que dice, si él es el mandato, ¿por qué no hacer sus propias reglas?
El demonio se acerca aún más a la ventana, le duele el corazón ver como su hermano llora desconsoladamente por ver cómo Jimin no resucita. El como está entrando en ansiedad, le perjudica de alguna forma. Lo hace sentir mal.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민
FanfictionDonde JiMin es el ángel de bondad, siendo una criatura muy curiosa, decide bajar hacia el mundo de los humanos para observar de cerca su extrañas danzas. Se topa con el demonio de la lujuria, lo que solo provoca que entre ambos una conexión crezca...