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No provoca ningún eco, pero por alguna extraña razón, se siente que hay alguien más en la habitación con él.

Namjoon abre los ojos y gira su cabeza para mirar sobre sus hombros, allí ve a un hombre parado en la esquina de su habitación llena de cojines blancos. Frunce el ceño y parpadea varias veces.

—Esto debe ser una alucinación —se dice a si mismo, volviendo a su ensueño porque se siente miedoso en ese instante.

—¿Seguro que es una alucinación? —los ojos oscuros del antiguo psicólogo se vuelven a abrir, esta vez de forma asustadiza.

El hombre se levanta como puede de su colchón y mira con los ojos abiertos al hombre pálido de la habitación. Lo mira con detenimiento, él tiene el cabello blanco, sus ojos son púrpuras pero no duda en qué podrían ser lentes de contacto, sus ropas son negras con tonos rojizos y morados, y su mirada es helante.

Es como si la muerte misma lo estuviera acechando en ese instante.

—¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí? No puede estar tan tarde —el moreno le pregunta en un gruñido, está temeroso.

El demonio disfruta de como él sube la guardia de forma inmediata, desde lejos se puede ver el miedo que tiene el psicólogo y, ni que hablar del olor. De su cuerpo solo existe un solo olor, y ese es el temor.

Yoongi caminó por toda la habitación, como si viera algo interesante en ella. Solo es un lugar con cuatro paredes, e incluso con piso y techo acolchonado. Tenía un baño propio, lavamanos, una cama improvisada en una esquina y en la otra había una pila de libros. De seguro que es algún hobby que tiene el hombre para matar el tiempo adentro.

—¡Le he preguntado! —el demonio desliza sus ojos púrpuras hacia el humano, aquel está con el ceño fruncido y sentado en la orilla de la cama—. ¿¡Quién es usted y qué hace aquí!?

—Demasiadas preguntas...

Cómo si el viento de la muerte entrara por alguna ventana inexistente, Namjoon tembló en su puesto, recibiendo el frívolo aliento de la parca. Alzó la vista hasta ver la espalda del hombre pálido que se encontraba en su habitación.

¿Quién es? ¿Está soñando? De ser así, que el guardia lo despierte rápido porque es una completa mierda.

Yoongi podía oler con exactitud el temor del chico, y lo disfrutó. Así como Namjoon había disfrutado de ver el terror en la cara de Jimin cuando intentó abusar de él.

El demonio cerró sus ojos con fuerza. De tan solo pensarlo le hierve la sangre. Esto lo hace principalmente por Jimin, por Jungkook. Por el mal rato que este idiota le hizo pasar a ambos y a la familia del rubio que, sin duda alguna, nunca debió experimentar.

—Así que... Fuiste internado en un manicomio después de que un juez dijera que eres un peligro para la sociedad, ¿no?

Aquella pregunta tomó por sorpresa a Namjoon. Volviendo a fruncir el ceño y a mirar a otro lado, él respondió.

—Sí. Solo por amar a alguien estoy metido aquí —la risa escalofriante de Yoongi llenó el espacio, haciendo que el humano lo mire esta vez a él—. ¿De qué carajos te ríes?

—¿Por "amar" a alguien? —él se voltea y por fin encara al hombre, lo mira con seriedad—. En tu casa habían fotos de él en la pared. Te masturbabas mientras veías sus fotos y vídeos que tú mismo tomabas. Estás enfermo mentalmente, jodida situación para un maldito psicólogo.

—Dime, ¿qué es lo que quieres? ¿¡Quién carajos eres!?

El demonio lo vio a los ojos, aquellos cafés que temblaban de miedo. Quizás podría haber determinación, pero nadie podría negar que el hombre está que se desmaya del terror.

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora