ʚ 19 ɞ

23 3 0
                                    

La tensión en la habitación seguía creciendo, como si las palabras compartidas hubieran actuado como un imán que los atraía irremediablemente el uno al otro. Jimin y Jungkook se encontraban en un espacio de vulnerabilidad compartida, sus emociones y sus corazones al descubierto, como si estuvieran explorando un territorio desconocido que los emocionaba y asustaba a partes iguales.

Jimin miró a Jungkook con una intensidad que no podía ocultar, su mirada buscando respuestas en los ojos cafés del castaño. La conexión entre ellos se volvía cada vez más fuerte, como si estuvieran siendo arrastrados por una corriente emocional que no podían controlar. La proximidad entre sus cuerpos era palpable, sus alientos entrecortados por la emoción que flotaba en el aire.

Jungkook sintió una atracción magnética hacia Jimin, como si fuera imposible resistirse al tirón que lo llevaba hacia él. Sus dedos estaban a punto de rozarse, sus labios casi podían sentir el calor del aliento del otro. El deseo de unir sus bocas en un beso apasionado se estaba volviendo abrumador, como una tormenta que amenazaba con desatarse.

—Jungkook... —murmuró Jimin, su voz cargada de una urgencia que reflejaba lo que estaba sintiendo.

—Jimin... —susurró Jungkook, su voz llena de anhelo mientras se acercaba un poco más.

Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe y Namjoon entró en la habitación, rompiendo la atmósfera intensa que había estado construyéndose entre los dos hombres.

—¡Buenas tardes! —exclamó Namjoon con su usual entusiasmo, sin parecer notar la tensión en el aire. —Lamento interrumpir, pero estoy aquí para comenzar nuestra nueva sesión psicológica, Jungkook.

Jimin y Jungkook se separaron abruptamente, como si hubieran sido sorprendidos en medio de algo prohibido. Las emociones en sus ojos todavía brillaban intensamente, pero la presencia de Namjoon parecía haber actuado como un baño de realidad.

—Oh, claro, adelante —dijo Jungkook con una sonrisa forzada, tratando de ocultar la turbulencia que había estado sintiendo momentos antes.

Namjoon asintió y se acomodó en una silla cercana, su mirada analítica fijándose en Jungkook.

—Entonces, Jungkook, ¿cómo has estado desde la última vez que nos vimos? ¿Ha habido algún cambio en tus pensamientos o emociones?

Jungkook se acomodó en su asiento, tratando de ocultar el ligero nerviosismo que había quedado en su interior después del encuentro con Jimin. La presencia de Namjoon en la habitación trajo consigo una nueva dinámica, una en la que el ambiente emocional estaba bajo una lupa de escrutinio.

Namjoon inclinó la cabeza ligeramente, sus ojos oscuros fijos en Jungkook mientras parecía analizarlo. Era evidente que había algo en su expresión que no pasaba desapercibido para el psicólogo. Sin embargo, su expresión permaneció neutral, como si estuviera ocultando las emociones que podrían estar burbujeando bajo la superficie.

—He estado... bien, supongo —respondió Jungkook con cierta cautela, su mente todavía divagando en las emociones que había compartido con Jimin momentos antes. —No ha habido grandes cambios, aunque sí he estado pensando en algunas cosas.

Namjoon asintió con atención, sus ojos escudriñando los de Jungkook como si estuviera buscando pistas en su mirada. Un leve atisbo de sospecha pasó por sus ojos, aunque rápidamente fue reemplazado por una expresión neutral.

—Entiendo —dijo Namjoon con voz serena. —La terapia es un espacio para explorar esas reflexiones y emociones. Si estás listo, me gustaría que compartieras lo que has estado pensando.

Jungkook asintió, tratando de enfocar su mente en la sesión psicológica. Sin embargo, no podía evitar sentir una cierta incomodidad, como si hubiera algo que quería mantener oculto bajo la superficie.

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora