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El consultorio de Jimin fue el epicentro de una sorpresa tan inesperada como emotiva. Después de tres días de recuperación por medio de la hidratación intravenosa, regresó al hospital para sumergirse nuevamente en sus deberes médicos. Sin embargo, lo que le aguardaba en su consultorio superó todas sus expectativas.

Al ingresar, la atmósfera se inundó con el sonido de aplausos enérgicos, un coro de bienvenida que resonó en sus oídos. La sorpresa inicial se manifestó en la expresión confundida que se dibujó en su rostro mientras sus colegas y amigos se unían al aplauso entusiasta. Jimin se sentía momentáneamente aturdido, como si hubiera entrado en un mundo paralelo lleno de alegría y afecto.

Sus amigos más cercanos, Hyunjin, Jess, Hyejin y, por supuesto, Namjoon, emergieron de la penumbra de las luces. Unidos en un gesto coordinado, proclamaron su bienvenida con un grito unificado, un alarde de alegría que llenó el espacio con una energía efervescente. Jimin, aún desconcertado, sintió cómo las emociones lo invadían, como un vendaval de gratitud y asombro que crecía en su interior.

La habitación parecía brillar con la luz de la camaradería y el afecto. El rubio respondió a la bienvenida con una sonrisa amplia y sincera, sus ojos centelleando de felicidad. La confusión inicial cedió ante el reconocimiento de lo especial que eran sus amigos. Hizo una reverencia de agradecimiento, un gesto de respeto por su sorpresa conmovedora.

Luego, con pasos llenos de gratitud, se aproximó a cada uno de sus amigos, la emoción en su mirada. Los abrazos que compartió llevaron consigo un peso emocional, una expresión de agradecimiento profundo por haber sido recibido de esta manera en su amado lugar de trabajo.

La atmósfera se llenó de risas y un alivio palpable a medida que el grupo se reunió en el consultorio de Jimin. Los aplausos habían dado paso a una atmósfera relajada y jovial. Hyunjin, con su característica sonrisa traviesa, se acercó a Jimin.

—¡Bienvenido de vuelta, Jimin! —exclamó Hyunjin con una expresión bromista. —Creo que el hospital estaba a punto de caer a pedazos por tu ausencia.

Las risas resonaron en respuesta al comentario de Hyunjin, aliviando cualquier rastro de tensión que pudiera haber quedado. Jimin sacudió la cabeza con una mezcla de diversión y gratitud.

—¡Vaya, así que mi ausencia causó tanto caos! —respondió Jimin, acompañando sus palabras con una sonrisa juguetona. —Lamento haber sido la fuente de problemas.

La atmósfera relajada comenzó a dar paso a la realidad del trabajo que los esperaba. Uno a uno, los colegas comenzaron a disculparse y abandonar el consultorio, volviendo a sus respectivas rutinas. Sin embargo, tanto Hyunjin como Jess permanecieron en el lugar, sus miradas intercambiándose con un significado compartido.

Una vez que los demás se retiraron, Hyunjin y Jess intercambiaron una mirada significativa antes de dirigir su atención a Jimin. Había una seriedad en sus rostros que contrastaba con la atmósfera ligera que había prevalecido momentos antes.

—Jimin, hay algo que Jess y yo queremos hablar contigo —dijo Hyunjin en tono serio, capturando la atención del rubio.

Jimin frunció ligeramente el ceño, una sombra de preocupación cruzando sus ojos verdes. Aunque estaba acostumbrado a la espontaneidad de sus amigos, la seriedad en sus rostros indicaba que esta conversación era diferente.

—¿Pasa algo, chicos? —preguntó Jimin, su tono mostrando su genuina preocupación.

Jess intercambió una mirada con Hyunjin antes de tomar la palabra.

—Queremos hablar sobre... nosotros —dijo Jess, sus palabras cargadas de significado mientras miraba a Jimin.

El rubio parpadeó, procesando sus palabras. Su mente se apresuró a entender la dirección de la conversación y, finalmente, la sorpresa y la comprensión se cruzaron en sus ojos.

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora