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Jimin se miraba tímidamente en el espejo del cuarto de Jungkook, sintiéndose algo vergonzoso con la prenda que llevaba puesta. Observó su muslo derecho, donde una liga de encaje carmesí y sugerente reposaba. Mordió nerviosamente su labio inferior mientras se cuestionaba.

—¿Es demasiado...? ¿Se ve bien? —se preguntó a sí mismo, sintiendo el rubor en sus mejillas. Giró sobre sí mismo, dándole la espalda al espejo para observar cómo se veía desde esa perspectiva.

El suéter verde aún cubría su parte superior, pero ahora llevaba únicamente las panti de encaje carmesí y la liga sobre su muslo. Observó su trasero en el espejo y notó cómo parecía más atractivo con esa prenda puesta.

Mientras se contemplaba, la voz de su novio resonó desde la sala, preocupado por su demora. Habían pasado unos minutos desde que Jimin había entrado a la habitación.

—¿Jimin? —llamó Jungkook—. ¿Estás bien? Voy a entrar...

—¡No, no! Ya salgo, estoy bien~ —respondió con una risa nerviosa, sintiendo las mariposas en su estómago ante la idea de revelar su atuendo.

Se miró una vez más en el espejo, respiró profundamente y decidió que estaba listo para estar íntimo con su novio. Aunque se sentía nervioso, entendía que era normal, especialmente porque era la primera vez para ambos en muchos aspectos.

Jimin abrió la puerta de la habitación y encontró a Jungkook revisando el contenido de una bolsa de regalo que su madre le había obsequiado.

—¿Qué te dio mi mamá? —preguntó, desviando la atención de Jungkook hacia él.

El castaño comenzó a responder, pero quedó momentáneamente sin palabras al ver a Jimin. Sus ojos cafés se abrieron como platos, su boca se entreabrió y sus mejillas se tiñeron de un intenso rubor. No pudo evitar disfrutar la vista que tenía frente a él.

—J-Jimin... —balbuceó Jungkook, sin poder apartar la mirada del atuendo de su novio.

El rubio bajó la mirada, se siente tímido por toda la atención que su novio le está dando en ese momento. Para entonces, Jungkook deja la bolsa de regalo en el sofá y se acerca a Jimin, sonriéndole con una calidez que hace que el corazón de Jimin retumbe en su pecho y las mariposas en su estómago se alboroten como locas.

—Te ves precioso, mi amor —la voz ronca y seductora del castaño llegó a los oídos del pecoso, quién sonrió y se sonrojó al mismo tiempo.— ¿Te sientes cómodo usándola?

—Umm sí, no es incómodo —revela el rubio con una risa, abrazando a su novio por el cuello, acariciando sus cortos cabellos cafés.

A Jungkook se le hace imposible no querer tocar el cuerpo deleitoso de su novio. Con sus manos recorre desde la espalda hasta sus nalgas, acariciando la tela de encaje que adorna estas. Es una sensación deleitosa. Se besan, sus labios son llamados a una reunión de pasión y lujuria, juntándose para provocar sonidos obscenos mientras que de la boca del rubio salen pequeños gemidos.

Cuando se separan a causa de la falta de aire, el mayor mira a su pareja y le sonríe.

—¿Te sientes listo, mi ángel?

Los ojos verdes del chico se encuentran con los suyos propios, aquellos verdosos que están nublados por el placer que está sintiendo en ese momento. Ambos cuerpos han empezado a almacenar calor que ni siquiera sienten el frío que hace en esa noche.

—Me siento listo, Jungkookie.

Es entonces que ambos se encuentran yendo en dirección a la habitación de Jungkook, besándose con pasión y al mismo tiempo tocando el cuerpo ajeno. Sus corazones están retumbando al mismo tiempo, sus manos recorren el cuerpo del otro con una lentitud inimaginable.

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora