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Necesita distanciarlos. Aunque Jungkook ha progresado, siente que se ha acercado más a Jimin de lo esperado.

Después de tres semanas y media, Jimin también ha notado su mejora, lo cual le irrita y quizás lo hace sentir celos. Su estrategia parece haber fallado; buscaba que Jungkook confrontara a su padre y asustara a Jimin, pero ocurrió lo contrario.

El objetivo era separarlos, no unirlos aún más. Con preocupación, se pasa las manos por la cabeza y se quita los lentes. ¿Qué otra opción tiene? Es posible que Jungkook y Jimin ya estén desarrollando una conexión privada, y él anhela estar en el lugar de Jungkook.

Deberá actuar más pronto de lo acordado.

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Con ojos encantados, cariñosos y atentos, Jimin observaba a Jungkook, quien se sumía en un letargo reparador. Desde la tarde anterior, habían estado inmersos en una conversación que perduró hasta que el turno de Jimin concluyó, dejando a Jungkook a merced del cansancio.

El cabello rubio del médico se derramaba con gracia sobre el hombro de su paciente, ambos recostados en la camilla de Jungkook. La posibilidad de ser sorprendidos en tal situación parecía amenazante, y Jimin sentía el peso de una reprimenda inminente.

La mano grande de Jungkook rodeaba con ternura la estrecha cintura de Jimin, como si temiera perderlo, deseando que estuviera allí, junto a él, sin importar nada más.

Sus propias manos, adornadas con pecas diminutas, acariciaron con delicadeza el rostro de Jungkook, apartando suavemente mechones de cabello para no perturbar su sueño.

La felicidad llenaba el corazón de Jimin, y el vacío que antes lo atormentaba parecía desvanecerse gradualmente gracias a la presencia de Jungkook. Este sentimiento lo inundaba de alegría.

Aunque su relación aún no había sido etiquetada, ambos habían confesado su mutuo afecto, compartiendo besos y gestos tiernos, conscientes de no alterar los frágiles nervios de Jungkook, cuya recuperación seguía en juego.

Taehyung había sido un visitante constante durante tres días, pero luego se había ausentado debido a compromisos laborales. A pesar de las insinuaciones de un posible romance, Jimin consideraba que su relación se asemejaba más a la de hermanos. Ahora se arrepiente un poco por haber pensado erróneo sobre él.

Desde lo más profundo de su corazón, Jimin agradecía que el padre de Jungkook no hubiera vuelto a aparecer en el hospital. Aún no había tenido la conversación necesaria con Namjoon, pero sospechaba que Jungkook ya se lo había contado. Solo quedaba esperar su reacción, pues lo único que deseaba era ayudar a Jungkook a sanar.

Suspiró enternecido, sintiendo que la tranquilidad lo abrazaba mientras compartía este momento con él, aunque sabía que era hora de que se marchara a casa.

Con movimientos suaves y sigilosos, intentó no perturbar el sueño de su chico, pero aún dormido, este parecía consciente de su presencia. Un ojo café se abrió lentamente, seguido por el otro, parpadeando para adaptarse a la luz.

-¿Ya te vas? Por favor, no te vayas, quédate conmigo -Jungkook murmuró con voz ronca, apretando la cintura de su rubio con fuerza, escondiendo su rostro en su cuello y hombro. Adoraba ese lugar, donde el aroma a vainilla de su amado lo envolvía de manera hipnotizante.

Jimin dejó escapar una risa suave mientras acariciaba el cabello castaño de Jungkook.

-Debo irme, Jungkookie. Podrían encontrarnos aquí...

-Pero no podré verte hasta el lunes. ¿Por qué tenías que descansar estos dos días? -La voz de Jungkook sonaba como la de un niño caprichoso.

Jimin sonrió con ternura.

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora