ʚ 38 ɞ

17 3 0
                                    

Faltaba solo un día para la Navidad, y el hospital estaba en pleno caos. Lamentablemente, durante estas festividades, aumentaban los casos de quemaduras por fuegos artificiales, accidentes automovilísticos y, debido al frío extremo de Busán, casos de hipotermia. Sin embargo, incluso en medio del caos, siempre había un momento de paz.

Jimin sonreía mientras tomaba fotografías del personal del hospital en la zona pediátrica, todos lucían distintivos navideños. Algunos médicos llevaban barbas de Santa Claus o cuernos de reno, mientras que las doctoras y enfermeras vestían trajes que los hacían parecer muñecos de nieve. El cabello rubio y liso del doctor ondeaba con gracia mientras se movía, irradiando una felicidad especial.

—Pareces un acosador, deja de mirarlo de esa manera, Namjoon —comentó alguien a su lado.

El psicólogo parpadeó y cerró los ojos, apretando la mandíbula y cruzando los brazos sobre su pecho.

—Solo lo estaba mirando por un rato. Parece más feliz de lo normal.

—¿Y cómo es "lo normal", según tú? —la voz femenina a su lado lo hizo sobresaltar. Era su compañera psicóloga, una entrometida por naturaleza.

—No es asunto tuyo, Soyoon —respondió, abriendo los ojos y encontrándola frente a él, con una ceja alzada y una sonrisa pícara en los labios.

La risa suave de la pelinegra llenó el pasillo mientras negaba con la cabeza. Aunque sentía curiosidad, sabía que no era su lugar indagar en los asuntos personales de su colega. Sin embargo, no pudo evitar notar que Namjoon parecía ver a Jimin de una manera especial, y esa observación la dejó intrigada.

—¿Te gusta, no? —preguntó con una sonrisa, intentando sonsacar información.

Su compañero, quien había vuelto a mirar a Jimin, giró la cabeza rápidamente hacia Soyoon y negó con firmeza, haciendo que ella ladeara la cabeza en confusión.

—Te dije que solo lo estaba mirando por curiosidad, eso es todo —respondió él de manera brusca, lo que hizo que ella frunciera el ceño y se sintiera alarmada por su reacción. —Eres una entrometida —añadió Namjoon antes de volver a buscar a Jimin con la mirada. Para su frustración, no lo encontró en su lugar original, y había desaparecido por los pasillos del hospital.

Maldijo en voz baja y salió en busca de Jimin en silencio, dejando a Soyoon parada en medio del pasillo con un sabor amargo en la boca. Esperaba fervientemente estar equivocada en sus pensamientos, pero algo en la forma en que Namjoon había reaccionado le hacía sospechar que había algo más detrás de su obsesiva observación hacia el rubio.

ʚɞ

Jimin escuchó a su madre hablar por teléfono y le comunicó su plan de organizar una cena navideña, instándolo a invitar a Jungkook. El joven médico consideró la propuesta, aunque tenía otros planes en mente.

—¿Debería? Tenía otros planes —dudó en responder.

En el otro extremo de la llamada, su madre rió y luego gruñó en broma, lo que arrancó una risa suave del rubio.

Hazlo, o de lo contrario no te dejaré ir a donde sea que tenías planes con él.

El médico se sentó en su silla giratoria y empezó a dar vueltas mientras consideraba la idea. ¿Por qué estaba dudando? Jungkook ya conocía a su madre, y su madre y Chaeyoung ya conocían a Jungkook. Todo estaba bien.

Entonces, ¿por qué no aceptar la invitación?

Finalmente, cedió.

—Está bien, hablaré con él, mamá...

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora