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La fría mañana de sábado llegó acompañada de llovizna, tejiendo un sentimiento en el aire que resultaba inusual pero indescifrable. Jimin finalmente salió de la cama, un poco más tarde de lo habitual, movido por el hambre de su gata, Toffee, quien demandaba tanto alimento como un paseo matutino.

Aunque Toffee era un felino, su comportamiento recordaba más al de un perro. A medida que la mañana avanzaba, la normalidad se mantuvo, excepto por la notoria ausencia de su paciente favorito y quizás algo más que eso.

-¿Qué estará haciendo en este momento? -susurró mientras agitaba sus cereales en la leche.

-¿De quién estás hablando, cariño? -La voz de su madre lo hizo levantar la mirada, sonrojando sus mejillas y abriendo sus ojos esmeralda como platos.

-N-nadie.

Los ojos de su madre se estrecharon mientras se sentaba frente a su hijo mayor, observando su comportamiento con atención.

-No necesitas ocultarme nada, Park. ¿Hay alguien que te interese románticamente? ¿Cuál es su nombre? -Jimin tragó saliva, sabía que su madre era abierta, pero aún sentía cierta incomodidad al hablar de estos temas con ella. Abrió la boca para responder, pero la cerró de inmediato. ¿Podría admitir que era su paciente?

Sin embargo, eso no parecía apropiado, ¿verdad?

-Es...

-¡Mamá! ¡Mamá! -Jimin fue interrumpido por su hermana menor, quien apareció corriendo desde su habitación con una sonrisa radiante. La niña rubia tomó la mano de su madre y comenzó a saltar emocionada. -¡Ven a ver cómo se ve Toffee!

La madre miró a su hija menor con una ceja enarcada; a veces, la niña tenía ataques de hiperactividad y lo mejor era simplemente seguirle el ritmo. Suspiró y sonrió, levantándose para acompañarla.

Jimin suspiró profundamente, evitando revelar todo por ahora, aunque sabía que eventualmente tendría que hacerlo.

Miró su teléfono y notó una notificación de Namjoon.

-

Namjoon hyung
Buenos días, Jiminshi.
Espero que hayas despertado bien, alrededor de las tres de la tarde iré a recogerte, ¿te parece bien?
10:24 am.

Jimin

Buenos días.
¡Si! Me parece bien, tenga un buen día mientras tanto.
10:27 am.

-

Jimin soltó un suspiro y continuó comiendo su cereal con una tranquilidad que rara vez experimentaba.

Sin embargo, lamentablemente, el futuro le deparaba un destino incierto.

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Peinaba con suavidad sus hebras doradas, distribuyéndolas hacia su frente sin obstruir su visión. Un toque de maquillaje sutil fue suficiente para disimular las ojeras, y su elección de ropa equilibraba frescura y protección contra el frío de la tarde.

Vestido con una camisa blanca y un cárdigan marrón claro sobre ella, luciendo pantalones de campana y una cálida sonrisa, Jimin emergió por la puerta principal de su hogar. Al otro lado, Namjoon lo esperaba con dos bicicletas en mano.

Avanzó hacia su mayor con esa sonrisa, saludando primero con una reverencia.

-Hola hyung.

Nuestra historia entre tus dedos ‹𝟹 Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora