—¿Sra. Huo? ¡Jaja! Las mujeres están haciendo fila para ser la próxima Sra. Huo, ¿Qué tal si nos divorciamos y le doy a alguien más el privilegio de serlo?—se burló Debbie.
El coche se detuvo con un chirrido, el cual sobresaltó a la chica en el asiento trasero, quien tragó saliva y se acarició el pecho para tranquilizarse. '¡Qué tonta soy! ¿Por qué tuve que molestar al que conduce este auto? 'Víctima de accidente automovilístico' no es como quiero terminar mis días', se dijo Debbie a sí misma. Carlos detuvo el coche junto a la carretera, unos segundos más tarde, se desabrochó el cinturón de seguridad, agarró varias bolsas en el asiento del pasajero y bajó el coche, luego abrió la puerta trasera y entró.
Al instante, Debbie se acercó al asiento de al lado para mantenerse alejada de su marido, estaba asustada, ¿Qué será lo que él le iba a hacer?
Sin decir una palabra, Carlos puso las bolsas en el regazo de su mujer, ella miró hacia abajo y vio los tonos de lápiz de labios que él le había comprado anteriormente, en una de las bolsas estaba incluso la caja de labiales que Megan había abierto.
'¿Me compró un nuevo set? ¿O le quitó a Megan el viejo estuche tal y como yo se lo pedí?', musitó ella.
Como si Carlos pudiera leerle la mente, explicó: —Megan me devolvió esos lápices labiales, excepto la caja que ya había abierto, para reemplazarla, simplemente fui al centro comercial y compré la misma de nuevo.
Una tormenta de pensamientos inundó la mente de la chica, se quedó sin palabras después de mirar las bolsas, ella no sabía si debía ceder y perdonar a su marido o persistir en ignorar sus detalles. Después de todo, Debbie aún estaba enojada con su esposo porque este último había dicho que no era virgen, ¿Cómo se había atrevido a decir eso?
De pronto, Carlos brincó como si fuera un gato saltarín y terminó apoyando las dos manos sobre su mujer, su rostro estaba tan cerca del de ella que podía sentir su cálido aliento contra su mejilla, mirándola a los ojos, dijo con sinceridad: —Lo siento mucho, no debí de haber dicho lo que dije. —Lo que él dijo fue algo grosero, no era de sorprenderse que ella estuviera enojada con él.
Carlos había vuelto con los lápices labiales temprano esta tarde, pero Julie fue la única que lo recibió, ella le dijo que su esposa se había mudado a la residencia de estudiantes. De alguna manera, él comenzó a tener una profunda sensación de pérdida, nunca supo lo que tuvo hasta que su mujer se fue.
Cuando Carlos recuperó la calma, ya estaba en las puertas de la universidad, le marcó más de diez veces a Debbie, pero ella rechazó todas sus llamadas. Él no tenía más remedio que amenazarla.
Incluso ella se había subido la capucha de la sudadera antes de subirse a su coche. '¿Le avergüenza estar conmigo? ¿Por qué no quiere que la gente sepa que yo soy su esposo?', se preguntó Carlos.
Pensando en esto, le quitó la capucha a su esposa y se sintió mucho más satisfecho cuando vio el femenino recogido que tenía. Luego extendió la mano para alisar algunos cabellos sueltos.
Debbie no estaba segura de cómo se sentía, pero su sincera disculpa la dejó sin aliento.
'¿Acaso se disculpó conmigo? ¿Un hombre tan orgulloso como él se disculparía?', la muchacha estaba demasiado sorprendida como para pronunciar una sola palabra. A Carlos le pareció graciosa su reacción, no era que todos los días lograra sorprenderla y no porque no quisiera, sino porque ella era una mujer un tanto difícil de impresionar.
Él la besó suavemente en la frente y le susurró al oído: —No quiero pelear más, vamos a casa por favor.
'¿Pelear? ¿Querer un divorcio cuenta cómo pelear?', dijo Debbie en su mente.
ESTÁS LEYENDO
respira contigo
RomanceAmar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único lo que Debbie pide es el divorcio. Levaba tres años casada con un Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera ha visto la cara. Cuando por fin decide poner fin su irónico m...