Capítulo 106 La chica en mis brazos es mi mujer

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—¿Qué? —preguntó Carlos, confundido.

Después caminó hacia su mujer y vio las noticias en su teléfono, con el rostro inexpresivo, bloqueó la pantalla del celular y dijo: —No estoy tan aburrido para hacer eso, Karina fue quien avisó a los reporteros.

'¿Eh? ¿Karina?', entonces Debbie lo recordó todo, ella le había pedido a Karina que la ayudara a descubrir qué hotel era el favorito de Carlos.

—¿Esto tendrá consecuencias negativas para ti? —preguntó Debbie preocupada.

Carlos la acercó a su cuerpo y dijo: —Me acosté con mi esposa, ¿Qué tiene eso de malo? — según él, lo que había ocurrido no tenía nada de extraño. Ellos estaban casados y sólo habían pasado la noche juntos en un hotel, él no tenía ninguna razón para exigir que se eliminara la noticia como lo había hecho antes.

Durante el almuerzo, Debbie siguió revisando la pantalla de su teléfono, esperando ver cómo iban las cosas afuera, tan pronto como hizo clic en la noticia, su marido dijo: —Come —ella dejó el celular a un lado sin quejarse.

Después de la comida, Debbie respondió en secreto a los mensajes de sus amigos mientras Carlos hacía una llamada. —No se preocupen, yo fui la que estuvo con mi esposo anoche. Sus amigos quedaron boquiabiertos, uno tras otro publicó el emoji de la carita vomitando sangre.

Debbie hizo clic en las noticias de Weibo, que afirmaban que Megan fue plantada en la fiesta porque el Sr. Huo estaba en una cita con una mujer misteriosa en un hotel. La noticia también decía que los dos no habían salido de la alcoba en toda la noche y que el teléfono de él estuvo apagado hasta el mediodía del día siguiente.

De pronto, Carlos llevó algo de ropa a la habitación, después de cambiarse, Debbie se acercó a él y le preguntó: —¿Y ahora qué hacemos?

Apacible como de costumbre, Carlos simplemente se acomodó la ropa y abrazó a su mujer.

—¿Todavía estás adolorida? —preguntó él, ya que pudo darse cuenta de que ella caminaba de forma graciosa, Debbie se sonrojó. Después de escuchar su pregunta, se dio cuenta de que el dolor no se había ido todavía, por lo tanto, asintió. Un instante después, Carlos la levantó en sus brazos y le preguntó: —¿Necesitas ver a un médico?

Debbie tartamudeó con vergüenza. —N... no, gracias —era sólo un proceso que todas las mujeres tenían que pasar, ella sabía que estaría bien después de descansar un poco.

—Te llevaré a casa antes de ir a la compañía —dijo Carlos.

—Está bien —respondió Debbie.

Para su sorpresa, la entrada del hotel estaba llena de reporteros, los paparazzi estaban embelesados con los últimos chismes.

Por lo general, cualquier noticia sobre Carlos era cubierta inmediatamente y tanto los reporteros como la prensa pagarían el precio que fuera por acercarse a él.

No obstante, esta vez no hubo interferencia de parte de Carlos, el Grupo ZL no respondió a las noticias, las cuales se propagaron como el fuego, parecía que tanto la compañía como él estaba dando su silenciosa aprobación a los recientes sucesos.

Carlos salió del hotel y apareció frente a los reporteros, llevando a Debbie en sus brazos, las cámaras parpadeaban de izquierda a derecha y las preguntas los bombardeaban por todos lados implacablemente. Debbie nunca antes había visto tantos reporteros en un mismo lugar, ella mantuvo su rostro enterrado en el pecho de su marido.

Lo único que pudo ver la prensa fue la figura de una chica con una chaqueta rosa, usando un chongo en la cabeza, aunque una cosa era bastante clara: la chica era muy joven.

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