El hecho de que Debbie fuera la esposa de Carlos era suficiente para prohibir a Jeremías querer algo más que amistad con ella. Incluso si fuera el hombre más valiente del mundo, no se atrevería a cruzar el umbral con la esposa de Carlos.
Kristina le envió un emoji de ojos de corazón, y a continuación lo que imaginaba. —Quiero dormir en los brazos de Debbie.
Dixon respondió de inmediato con el emoji de cara preocupada. —¿Qué hay de mí? ¿Qué me pasará, entonces?
Los otros se rieron a los gritos.
Más tarde, dos de los ayudantes del médico vinieron a la villa para traer algunos medicamentos, y entraron en la habitación en donde estaban tratando a Carlos. Después de esperar dos horas más, la determinación de Debbie se iba debilitando. Todavía no había salido nadie de la habitación. Debbie estaba tan ansiosa por saber qué estaba pasando adentro, que estaba a punto de entrar.
Alrededor de media hora más tarde, la puerta de la habitación se abrió y por fin salieron los dos asistentes. —¿Cómo está mi marido? ¿Va a estar bien? — Debbie corrió hacia ellos en cuanto salieron de la habitación.
—Se extrajeron las dos balas, la cirugía ya está por terminar, El doctor Jiang está haciendo los últimos retoques para asegurarse de que no haya riesgo de problemas en el futuro —le aseguraron.
Debbie se sintió un poco aliviada. —¿Puedo entrar? —preguntó.
—Espere unos minutos más por favor, El doctor Jiang saldrá pronto.
—Está bien.
Quince minutos después, el doctor salió de la habitación, se quitó la máscara, lucía exhausto. —Las balas han sido extraídas y hemos logrado detener el sangrado, pero creo que sería mejor llevar al Señor Huo al hospital ya que no hay equipamiento médico adecuado en la villa —afirmó.
—Ya veo, gracias, doctor —asintió Debbie.
El doctor Jiang no sabía exactamente quién era esta joven, pero como Carlos la había mantenido cerca, en especial cuando resultó herido, dio por hecho que debía ser alguien especial para él. Con eso en mente, el doctor se dirigió a ella con respecto. —No hay de qué, Emmett y Tristán estarán aquí en un minuto, por favor, no duden en llamarme si me necesitan.
—Bien, gracias, por favor, déjeme acompañarlo.
—Conozco la salida, puede ir a ver al Señor Huo ahora.
—Muy bien, gracias, doctor.
Emmett y Tristán llegaron a la villa muy pronto, Debbie se sorprendió al notar que Tristán estaba cojeando, parecía que su pierna izquierda estaba herida también. Tristán le dijo que no se preocupara porque la herida ya había sido atendida en el hospital, no había sido nada.
También le contó qué había sucedido cuando Carlos y él habían bajado del avión. Habían salido del aeropuerto para ir a rescatar a Megan, y ambos habían sido heridos. Todo el miedo que había pasado había desatado el asma de Megan y en ese momento la estaban atendiendo en el hospital.
Con la ayuda de Emmett y Tristán, Debbie llevó a Carlos de su habitación a la de él. Se cambiaron las sábanas y, por razones de seguridad e higiene, las manchadas de sangre fueron destruidas.
Carlos se despertó recién a la mañana siguiente.
Abrió los ojos y lo primero que vio fue a Debbie durmiendo a su lado. Ella había dormido poco la noche anterior, Carlos miró su rostro demacrado, la abrazó con su brazo sano y le besó la frente.
Cuando Debbie se despertó, Carlos estaba sentado en la cama leyendo algunos archivos, Se incorporó aún confundida y comentó adormilada: —Oh, has vuelto.
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respira contigo
RomanceAmar y ser amada es lo que toda mujer sueña. Sin embargo, lo único lo que Debbie pide es el divorcio. Levaba tres años casada con un Carlos, un joven multimillonario a quien ni siquiera ha visto la cara. Cuando por fin decide poner fin su irónico m...